Hablar bien es difícil. Escribir bien es complicado, laborioso, trabajoso... Hablar bien y escribir bien es una tarea ardua. Quienes son capaces de dominar el lenguaje natural y también el artificial, tal y como lo hace Santiago Hernán Solari, demuestran que sus numerosas lecturas le han dado un importante bagaje cultural.
Debo confesar que yo era lector de los artículos que escribía el técnico argentino en El País. Hace dos o tres años. Y me agradaba sobremanera no sólo lo que decía sino cómo lo decía. Demostración palpable de que no había desaprovechado su tiempo libre durante su etapa como futbolista. Adquiriendo una cultura literaria que le permite, además, hacer uso de ella en la conversación y el trato social.
Al actual entrenador del Madrid -de momento con etiqueta de temporero-, por el mero hecho de ser argentino, no se le puede tildar de hacer hincapié en sus respuestas: esa fuerza de expresión con que se quiere realzar la importancia de lo que se dice; afectación en el tono de la voz o en el gesto. Sino todo lo contrario: habla claro y aborda el meollo de la cuestión con brevedad. Sin ningún deseo manifiesto de deleitar a la concurrencia.
He vuelto a releer algunos de sus artículos publicados en El País. Sobre todo ese donde nos dice que el control y el pase son la base del lenguaje futbolero, lo que permite concebir nuevas ideas para encontrar soluciones a los problemas que plantea el juego". Axioma. Ahora bien, Solari reconoce que muchas veces se toca sin sentido. "Lo cual significa caer en el pase sin sustancia". "Algo así como hablar por hablar". O sea, que la posesión sin buscar el marco contrario no vale para nada.
Santiago Hernán Solari tiene mañana la oportunidad de ganar cuatro partidos seguidos como entrenador del Madrid. Sí; ya sé que los rivales anteriores no fueron los más destacados del universo futbolístico. Pero tampoco es menos cierto que Julen Lopetegui le había dejado una plantilla sumida en el desencanto y, sobre todo, que había perdido la sana costumbre de ganar. Lo cual no era un mal menor.
Mañana, en Balaídos, le espera al Madrid un Celta que a mí me causó muy buena impresión en el Benito Villamarín. Los gallegos comenzaron jugando mal, muy mal; pero fueron capaces de remontar dos goles en contra. Y a punto estuvieron los hombres dirigidos por Antonio Mohamed de llevarse los tres puntos. Sobre todo por el peligro que mostraron su dos delanteros: Iagos Aspas y Maxi Gómez. Ambos serán más temibles que nunca por la debilidad defensiva que padece el equipo blanco.
La victoria del Madrid en Balaídos es sumamente importante por dos motivos. Por el valor de los puntos y porque creo que la continuidad de Solari es necesaria. Ya que el técnico argentino está imponiendo su autoridad silenciosa. La cual venimos percibiendo, hasta ahora, a través de sus alineaciones y de su estilo de juego. Eso sí, deberá seguir siendo fiel a lo que ha predicado anteriormente: "La posesión sin sustancia es como hablar por hablar".
He vuelto a releer algunos de sus artículos publicados en El País. Sobre todo ese donde nos dice que el control y el pase son la base del lenguaje futbolero, lo que permite concebir nuevas ideas para encontrar soluciones a los problemas que plantea el juego". Axioma. Ahora bien, Solari reconoce que muchas veces se toca sin sentido. "Lo cual significa caer en el pase sin sustancia". "Algo así como hablar por hablar". O sea, que la posesión sin buscar el marco contrario no vale para nada.
Santiago Hernán Solari tiene mañana la oportunidad de ganar cuatro partidos seguidos como entrenador del Madrid. Sí; ya sé que los rivales anteriores no fueron los más destacados del universo futbolístico. Pero tampoco es menos cierto que Julen Lopetegui le había dejado una plantilla sumida en el desencanto y, sobre todo, que había perdido la sana costumbre de ganar. Lo cual no era un mal menor.
Mañana, en Balaídos, le espera al Madrid un Celta que a mí me causó muy buena impresión en el Benito Villamarín. Los gallegos comenzaron jugando mal, muy mal; pero fueron capaces de remontar dos goles en contra. Y a punto estuvieron los hombres dirigidos por Antonio Mohamed de llevarse los tres puntos. Sobre todo por el peligro que mostraron su dos delanteros: Iagos Aspas y Maxi Gómez. Ambos serán más temibles que nunca por la debilidad defensiva que padece el equipo blanco.
La victoria del Madrid en Balaídos es sumamente importante por dos motivos. Por el valor de los puntos y porque creo que la continuidad de Solari es necesaria. Ya que el técnico argentino está imponiendo su autoridad silenciosa. La cual venimos percibiendo, hasta ahora, a través de sus alineaciones y de su estilo de juego. Eso sí, deberá seguir siendo fiel a lo que ha predicado anteriormente: "La posesión sin sustancia es como hablar por hablar".
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