Bienvenidos sean los partidos correspondientes a La Liga Santander, una vez que he digerido ya la mala impresión que me ha causado la Selección Española. Son palabras de un madridista que arde en deseos de comprobar si la mejora de su equipo, tanto en resultados como en juego, se evidencia frente al Eibar. Y desea saber mi opinión al respecto.
Te cuento -le digo-: el Estadio Municipal de Ipurúa, debido a las mínimas dimensiones de su terreno de juego, es el más apropiado para comprobar si el sistema defensivo del equipo blanco sigue funcionando bien con Solari. Por tal motivo, amén de la disciplina implantada por Mendilibar en el conjunto armero, los jugadores del Madrid tendrán que adaptarse al escenario.
En principio, los futbolistas dirigidos por Solari deberán estar muy atentos a las segundas jugadas del Eibar. Porque, en cuanto se les presiona, sus jugadores se defienden con balones largos. Y logran sacarle rédito a los rechaces. Son expertos, sin duda alguna, en esas acciones. Ya que las practican en todos los partidos.
En tales situaciones, esto es, en terrenos de reducidas dimensiones y con el público muy cerca del césped, es fundamental la precisión en los pases. Evitando, por encima de todo, las entregas horizontales y las conducciones largas. Prohibido hacer uso de los arabescos innecesarios y de los regates en zonas marcadas en rojo. Y, naturalmente, los jugadores del Madrid no deben hacerle ascos a los despejes orientados. Todo antes que jugar a lo que ellos mejor saben contrarrestar.
Mi interlocutor quiere saber más sobre el asunto del cual estoy opinando a petición suya. Y, como quien no quiere la cosa, me desliza el nombre de Isco. Convencido de que mi respuesta sería negativa en cuanto a su participación en ese encuentro. Y lo sorprendo con esta respuesta: si el jugador malagueño usara sus habilidades en zona adecuada, para explotar sus tiros y sus pases desde la media distancia, tal vez sería útil.
Ahora bien, si acaso Solari lo pusiera desde el principio y a Isco le diera, como es habitual en él, por retrasar su posición para dirigir el juego desde muy atrás, sería un problema para el Madrid. Sí, ya sé que todos los jugadores de los equipos grandes han de responder a cualesquiera exigencias que reclamen los partidos. Pero Isco hace ya mucho tiempo que viene actuando a su albedrío. A su capricho. O sea, como le sale de los... compañones.
Te cuento -le digo-: el Estadio Municipal de Ipurúa, debido a las mínimas dimensiones de su terreno de juego, es el más apropiado para comprobar si el sistema defensivo del equipo blanco sigue funcionando bien con Solari. Por tal motivo, amén de la disciplina implantada por Mendilibar en el conjunto armero, los jugadores del Madrid tendrán que adaptarse al escenario.
En principio, los futbolistas dirigidos por Solari deberán estar muy atentos a las segundas jugadas del Eibar. Porque, en cuanto se les presiona, sus jugadores se defienden con balones largos. Y logran sacarle rédito a los rechaces. Son expertos, sin duda alguna, en esas acciones. Ya que las practican en todos los partidos.
En tales situaciones, esto es, en terrenos de reducidas dimensiones y con el público muy cerca del césped, es fundamental la precisión en los pases. Evitando, por encima de todo, las entregas horizontales y las conducciones largas. Prohibido hacer uso de los arabescos innecesarios y de los regates en zonas marcadas en rojo. Y, naturalmente, los jugadores del Madrid no deben hacerle ascos a los despejes orientados. Todo antes que jugar a lo que ellos mejor saben contrarrestar.
Mi interlocutor quiere saber más sobre el asunto del cual estoy opinando a petición suya. Y, como quien no quiere la cosa, me desliza el nombre de Isco. Convencido de que mi respuesta sería negativa en cuanto a su participación en ese encuentro. Y lo sorprendo con esta respuesta: si el jugador malagueño usara sus habilidades en zona adecuada, para explotar sus tiros y sus pases desde la media distancia, tal vez sería útil.
Ahora bien, si acaso Solari lo pusiera desde el principio y a Isco le diera, como es habitual en él, por retrasar su posición para dirigir el juego desde muy atrás, sería un problema para el Madrid. Sí, ya sé que todos los jugadores de los equipos grandes han de responder a cualesquiera exigencias que reclamen los partidos. Pero Isco hace ya mucho tiempo que viene actuando a su albedrío. A su capricho. O sea, como le sale de los... compañones.
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