Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 31 de octubre de 2018

Vinícius ilusiona

El Melilla es un buen equipo de Segunda División B. Su clasificación lo refleja. Hoy ha mantenido el tipo durante los dos primeros tercios de cada tiempo. En los que sus jugadores han corrido como gamos y han presionado muy arriba a un Madrid titubeante hasta que los jugadores locales acusaron el ritmo trepidante que impusieron. La actuación de los melillenses ha servido para que el equipo confeccionado por Solari haya tenido que correr de lo lindo.

Hernán Solari distribuyó a sus hombres de la siguiente manera: Lucas Vázquez y Vinicius como extremos y Benzema como delantero centro. Por detrás del francés se movia Marco Asensio. El centro del centro del campo lo cubrían Ceballos y Llorente. Sánchez y Ramos de centrales. Y a sus costados Odriozola y Reguilón. Objetivos: luchar denodadamente y con los pases precisos buscar la portería contraria. 

Primer examen de Marco Asensio como segundo delantero y con libertad de funciones sin salirse del guión establecido. Interés por tanto del entrenador en lograr que el mallorquín vuelva ser ese jugador que nos encandiló a todos no hace mucho. Marco Asensio marcó el segundo gol, rematando un balón cedido por Vinicius, y estuvo más diligente que en partidos anteriores. Aunque su rendimiento ha de ser mayor y sin altibajos inexplicables. El primer tanto lo había logrado Benzema

En el primer tiempo se pudo apreciar que Sergio Ramos sigue dando motivos para decir que está jugando pésimamente. Todos los ataques de los rivales se producen por esa banda. Dado que su baja forma la conocen hasta en los chirlos mirlos. Esto es, allá donde el viento da la vuelta. Su costado izquierdo es duro como el pedernal. Así que le cuesta un mundo girarse por ese lado. En estos momentos, y dada su experiencia, bien haría en centrarse como defensor. Limitando sus alegrías atacantes. 

Lucas Vázquez nos recordó al extremo capaz de jugar orillado a la banda, con su habitual tesón y fortaleza, tratando de desequilibrar a su marcador para terminar centrando. Lo más parecido a los extremos a la antigua usanza. Ojalá que el gallego recupere la confianza y la condición física necesaria para reverdecer sus lauros. Odriozola también mejoró actuaciones pasadas. Defendió mejor y se sumó al ataque como en él es costumbre. Obtuvo el premio de un gol en la segunda parte. Cuando Nacho ya había susitutido a Ramos y Valverde a Benzema.

Segunda parte en la cual el Madrid jugó sin delantero de referencia. Lo cual hizo mella en los centrales melillenses. E hizo posible, aunque parezca una paradoja, que Vinicius luciera como extremo nato. Fueron sus mejores momentos. Los cuales dejan abierta una puerta a la esperanza de que acabe cuajando, ojalá sea más pronto que tarde, en un magnífico futbolista. Desborda a su marcador con suma facilidad. Sus conducciones son veloces y espectaculares. Es generoso en el esfuerzo y tiene asumido que el fútbol es un juego de asociación. 

Vinicius mereció el premio del gol. Pero, unas veces por hache y otras por be, no lo consiguió. En cambio, si lo obtuvo, cuando apenas llevaba varios minutos en el terreno de juego, Cristo González. Resumiendo: el Melilla es un buen equipo de Segunda División B. El Madrid ganó por cuatro goles. Y Solari habrá sacado conclusiones valiosas.


  



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