Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 26 de octubre de 2018

Setién: todo un caballero

El Benito Villamarín es un Estadio inmenso. Con cabida para más de sesenta mil personas. Y, salvo raras excepciones, el escenario se pone a tente bonete, como dicen los cordobeses. Es decir, lleno a reventar en cada partido. Por ello, que no es moco de pavo, el Betis, desde la temporada pasada, se puede permitir el lujo de tener una plantilla de clase media alta. 

Tan alta y amplia como para que esté considerada como una de los mejores de España. El equipo verdiblanco, dirigido por Quique Setién, trata de emular con su juego de pases infinitos al Barcelona de Pep Guardiola. Y hay momentos, la verdad sea dicha, que su estilo acaba con la paciencia de sus aficionados. Pero su entrenador sigue diciendo que el tiquitaca es innegociable.

El Betis está clasificado en el puesto décimosegundo de La Liga Santander. Lleva tres partidos ganados, tres empatados y dos derrotas. Ha sumado, pues, 12 puntos. En cuanto a goles, su talón de Aquiles hasta ahora, ha marcado 5 y le han marcado 7. Números que no concuerdan, de ningún modo, con su potencial deportivo. Aunque su resurgir en La Liga se hará realidad ya mismo. De no ser así, la palabra decepción tendría cabida durante la temporada.

El Betis, sin embargo, camina con firmeza en la Liga Europa de la UEFA. Ayer, sin ir más lejos, ganó al Milán en el mítico Estadio de San Siro. Sí, lleva usted razón al decirme que el equipo italiano  no es el de otrora...; pero sería absurdo quitarle méritos a la victoria verdiblanca. Tal vez empañada por unas caballerosas (!) declaraciones de su técnico. Aprovechando el momento adecuado para rematar la faena con un pase de pecho de pitón a rabo.

Quique Setién, cuando habla de su estilo de juego, tan añejo como necesario cuando lo requieren las circunstancias y los rivales, se permite bromear diciendo que sus jugadores le han dicho si es posible dar varios voleones, nada más comenzar los partidos, para contentar a quienes confiesan aburrirse viendo jugar a un Betis que no le hace un gol ni al arcoíris.

Las palabras del técnico cántabro contenían una altivez innecesaria. Puesto que hay partidos en los que se imponen, por pura necesidad, los despejes orientados o los pelotazos. Dado que el reglamento, que yo sepa, no impide que el balón sobrevuele por encima del césped.

Ayer, sin ir más lejos, el entrenador cántabro, cuando pasó por la sala de prensa, henchido de gozo por el triunfo de su equipo en San Siro, aprovechó el momento para pasar a la historia como adalid del juego limpio. Manifestándose de tal guisa: "Pido disculpas por la pérdida de tiempo de mis jugadores en el campo". Y lo dijo poniendo cara de bueno. O sea, todo un caballero (!)















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