El Madrid no levanta cabeza

El equipo de Julen Lopetegui no mejora la situación. Y es así porque no hace goles. Con lo cual los nervios primarán a partir de ahora en todos los sentidos. En realidad, todo le fue mal al Madrid en el Estadio Luzhkini de Moscú desde el minuto dos. Falló Kroos un pase hacia atrás y Vlasic lo aprovechó para batir a Keylor Navas. Contratiempo que hizo mella durante veinte minutos en el juego del Madrid.

Quedaba muchísimo tiempo como para pensar que ese gol le daría los tres puntos al CSKA. Pero tampoco es menos cierto que el juego del Madrid sigue careciendo de ideas. Y sin ellas todo es más difícil. Pues los rivales se  repliegan a su parcela, dejando las bandas libres, sabedores de que el conjunto merengue juega sin delanteros. Puesto que Benzema tiende, cada vez más, a alejarse de su posición de rematador para sumarse a quienes actúan en el centro del terreno. Tarea menos difícil.

Cuando Lucas Vázquez, Casemiro, Kroos, Ceballos y Marco Asensio empezaron a dominar el centro del campo no tenían referencia atacante. Y dado que apenas tiraban a gol desde la media distancia, los jugadores del CSKA no se veían agobiados. Verdad es que los palos repelieron dos balones que llevaban marchamo de gol. Casemiro y Benzema fueron sus rematadores. Aun así, poco bagaje atacante para el todavía Campeón de la Champions League.

Lucas Vázquez, al menos, intentó por todos los medios desbordar a su marcador por la banda derecha para crearle problemas a la cerrada defensa rusa. Pero sus centros nunca encontraron el remate adecuado. Marco Asensio anduvo errante durante mucho tiempo. Kroos se rehizo muy pronto de la pifia cometida. Pero cuando oteaba el horizonte nada más que veía a Vázquez dispuesto a la carga. Casemiro, a raíz del gol encajado por su equipo, carecía ya de misión concreta. Y Ceballos, cuya segunda parte ante el Atlético de Madrid fue tan festejada, decidió hacer lo que no debía: replegarse para sacar él balón jugado desde la posición de los centrales. 

A medida que avanzaba el partido se agrandaban los defectos del Madrid. Y, para más inri, Carvajal se lesionó. Y Odriozola, aunque es buen jugador, aún no ha cogido la onda que exige ser futbolista del Madrid. Los cambios llegaron tarde. Modric lo hizo por Casemiro y Mariano por Lucas Vázquez. Éste, debido a la entrada de Mariano, nunca debió ser relevado. Puesto que sus desbordes y sus centros eran más necesarios que nunca. 

Ante un equipo replegado y cediendo las bandas a sus rivales, era imprescindible tener a dos extremos, Lucas y Asensio, para aprovechar el juego por elevación de Mariano y hacerle ver a Benzema que sus movimientos tendrían que estar encaminados a distraer la atención de los marcadores. Sobraba, pues, Ceballos en el terreno de juego. En fin, que el Madrid no levanta cabeza. Lopetegui, por tanto, se ha metido en un lío. Ya que las derrotas suelen obnubilar las ideas. Mal asunto.