Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 6 de octubre de 2018

Derrumbamiento del Madrid en Mendizorroza

Hoy hemos asistido al desplome de un equipo grande que lleva ya cuatro partidos sin marcar un gol. Y resulta imposible buscar excusas a una situación que se veía venir a la legua. Era evidente aun cuando ganaba que sus carencias se habían convertido en crónicas. Que el equipo no carburaba como conjunto. Y que el estilo de juego estaba escaso de ideas.

Tan escaso de ideas como para que en Mendizorroza se haya comprobado que el Madrid está rodando por la ladera que lleva a la sima donde esperan los fracasos rotundos. ¿A qué juega Dani Ceballos?  ¿Cómo es posible que no lo haga como segundo delantero? ¿Cuál es su misión? Hoy ha vuelto a deambular de un lado para otro. Desmarcándose sin ton ni son. De modo que pasaba de un espacio bueno a otro peor.

¿Cómo es posible que Benzema actúe como delantero centro flotante, o segundo delantero, cuando su entrenador suele colocar cuatro o cinco jugadores en el centro del campo? En la primera parte, el juego ofensivo del Madrid se ha basado en los ataques insistentes de Odriozola. Escaso bagaje. Máxime cuando nadie era capaz de rematar con la testa. 

El Alavés apenas pasó apuros. Pacheco intervino menos veces que Courtois. Cuando Mariano sustituyó a Benzema, nada más comenzar la segunda parte, volví a preguntarme: ¿quién sería capaz de centrarle desde los costados?  Puesto que ante un equipo replegado los balones frontales son atajados por los centrales. Así que todo fue a peor. Los cambios no mejoraron nada. Porque a las carencias de ideas se sumaban ya los nervios por el transcurrir del tiempo.

El tiempo fue debilitando las fuerzas de Odriozola. Y, cómo no, el trabajo de Jony. Quizá el mejor jugador de los locales. Marco Asensio, sustituto de Casemiro, apenas dio señales de vida. Y Bale, otra vez lesionado, propició que Vinicius jugara escasos minutos. Así que el equipo de Abelardo procuró por todos los medios proteger a Pacheco. Quien jugó dolorido durante muchos minutos. Algo que no aprovechó el Madrid. Sobre todo cuando sacaba de puerta un jugador de campo.

Y así se llegó al minuto último de la recuperación de tiempo perdido. Fue entonces cuando un fallo  descomunal de los defensores del Madrid, en un saque de esquina, acabó en gol. Lo hizo Manu García. Lopetegui debe estar sumido en una gran confusión. Puesto que el Madrid no está hecho para que a sus jugadores se les hable de la posesión por sistema. Y, claro, han perdido el oremus. El derrumbe, pues, se veía venir... Y ha llegado en Mendizorroza.


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