Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Joaquín tiene baraca

Betis Sevilla o Sevilla Betis son derbis que yo espero con impaciencia para disfrutar del ambiente y por qué no para ponerme de parte del equipo que se haga acreedor a la victoria. En este caso, desde que Joaquín entró en el terreno de juego dejé de ser neutral para convertirme en un hincha furibundo verdiblanco. Pues mi paisano, dado que Joaquín fue nacido en El Puerto de Santa María, pertenece a una familia a la que yo siempre he tenido en gran estima.

Joaquín, además de baraca, tiene arte a raudales y sobre todo sigue siendo un futbolista excelente. El mejor acierto que ha tenido hasta ahora Quique Setién ha sido, sin duda, sustituir a William Carvalho, cuando el Sevilla se quedó con diez jugadores, por mi paisano. Fue pisar el césped y lograr un gol que vale un Potosí para su equipo. Y quién sabe si los tres puntos no han desactivado la desconfianza que ya iba generando el entrenador entre los béticos.

El Betis cuenta con una extraordinaria plantilla. Así que ya no pertenece a los equipos que participan en La Liga Santander para salvar la categoría. En absoluto. El equipo verdiblanco está ideado para estar entre los primeros. Pero tiene un problema: a sus jugadores los han adoctrinado para que luzcan un estilo de juego necesitado de esmoquin. No es extraño, pues, que se pasen mucho tiempo haciendo virguerías pero sin chutar a puerta. En esta ocasión, el milagro del gol se ha producido por dos motivos.

Vayámos con ellos. El primero es la expulsión absurda de Roque Mesa. Un muchacho cuya trayectoria en el Swansea City fue mala de solemnidad. Y qué decir de sus actuaciones en la temporada pasada con el Sevilla. Pues bien, hoy en el Benito Villamarín, desde que empezó el partido, se dedicó a enfrentarse con todo el que le salía al paso. Lo primero que hizo fue provocar repetidas veces a William Carvalho.

Roque Mesa daba muestras evidentes de querer ser el protagonista del encuentro adoptando una insolente altanería. Trataba por todos los medios de hacernos creer que el secreto del Sevilla consistía en tenerlo a él llevando la manija del juego e imponiendo su carácter de jugador avispado y curtido en mil batallas. Y, claro está, metió la pata hasta el corvejón. De modo que Jesús Gil Manzano aprovechó una chulería del futbolista canario para enseñarle la segunda tarjeta amarilla y a continuación la roja.

El segundo motivo, insisto, fue que Joaquín saliera a jugar cuando sus compañeros no daban pie con bola teniendo enfrente a un equipo diezmado. Su presencia en el césped encendió a los aficionados béticos y semejante estímulo hizo el resto en una fracción de segundos. Centro perfecto de Mandi y allí estaba Joaquín para dejar a la defensa bética con un palmo de narices. Explosión de júbilo en mi paisano y locura colectiva en el Estadio Benito Villamarín.

Joaquín tiene baraca, sin duda. Pero además de ese don divino no deja de ser un extraordinario futbolista. Y además pertenece a una familia a la que yo he tenido siempre en gran estima. Por consiguiente, esta noche soy del Betis. Mañana será otro día. Y, desde luego, Machín deberá leerle la cartilla a Roque Mesa. Pues me da en las pituitarias que alguien le ha llenado la cabeza de pájaros.








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