Era un secreto a voces que el Sevilla atacaría por la banda de Marcelo y Ramos. Pero Julen Lopetegui fue de los pocos que no se enteraron de lo que tenía previsto Machín para destrozar al Madrid. Cuya primera parte fue horrible. La fórmula del entrenador del Sevilla fue tan sencilla como eficaz. Navas, Sarabia y Ben Yedder hicieron estragos por el lado derecho. Donde encontraron más que un pasillo una carretera por donde colarse hasta los dominios de Courtois.
Marco Asensio no era capaz de cortar las penetraciones de Navas. Marcelo se olvidaba de que Sarabia se desmarcaba hacia el interior del campo y Ben Yedder le sacaba los colores a Sergio Ramos. La banda izquierda era un auténtico coladero desde que empezó el partido. Y coincidió además con un gran primer tiempo de Ever Banegas.
Tiempo tuvo el entrenador del Madrid para corregir la mala situación de su equipo. Mas prefirió hacer el don Tancredo. Pues el conjunto hispalense dominó de cabo a rabo durante la primera mitad. Con su ya conocido sistema táctico: tres centrales; dos laterales de largo recorrido; tres centrocampistas y dos delanteros. Por lo que atacan con muchos jugadores. Y defienden de manera intensiva. Repliegue al propio campo. En el 16´ marcó André Silva y también lo hizo en el minuto 21. El tercer tanto lo logró Ben Yedder en el 38`.
El Sevilla tuvo oportunidades para marcar más goles. Hubo momentos en los que el dominio del equipo hispalense fue tan agobiante como para pensar que el equipo más grande del mundo estaba al borde de recibir una goleada de escándalo. Pues los fallos abundaban en todas sus líneas. Bale era el único que procuraba dar la talla. Pero no estuvo afortunado tirando a gol. Con 3-0 el Sevilla llegó al descanso sabiendo que la victoria era suya.
Lopetegui decidió jugar con tres centrales en la segunda parte. Y Bale tuvo dos ocasiones de gol. A Marco Asensio le anulo el VAR un tanto por fuera de juego. Marcelo se lesionó. Y en vista de que Lopetegui había hecho los tres cambios, su equipo hubo de jugar con diez durante muchos minutos. Fue entonces cuando vimos a Ramos jugar a su aire. Abandonando su puesto para ver si conseguía un gol que ya no valía para nada.
El Sevilla pasó por encima del Madrid en la primera parte. Lo apabulló. Lo dejó sin recursos. Y le marcó tres goles como bien pudieron ser cinco o seis. Julen Lopetegui o tuvo una noche aciaga o no valoró en su medida al rival. Algo inconcebible. Pues siendo seleccionador nacional, yo recuerdo haber leído que fue a Gerona para ver el trabajo de Machín. Y, por lo visto en el Pizjuán, no se enteró de nada.
En el Madrid, y siento repetirme, Lopetegui tiene que acabar con la anarquía de Marcelo y también evitar que Ramos haga lo que a él le salga de sus... adminículos. La actuación de ambos en Sevilla ha sido calamitosa. Y, desde luego, el partido pudo acabar en una goleada de escándalo. Lo lamentable es que el desastre de Sevilla puede repetirse en cualquier otro Estadio.
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