El Atlético de Madrid se adueñó del medio campo en la primera parte. La línea compuesta por Koke, Rodrigo, Saúl y Lerma fue superior a la formada por Modric, Casemiro y Kroos. Eran cuatro contra tres. Miento, cuatro contra dos. Puesto que Casemiro estuvo casi siempre incrustado entre Ramos y Varane para protegerlos del peligro que tienen Diego Costa y Greezmann. Aun así, éstos se plantaron dos veces ante Courtois. El belga evitó dos goles cantados.
Simeone situó a Koke por delante de Carvajal para tratar de impedirle su juego ofensivo. Rodri podía con Modric. En cambio, ni Saúl ni Lerma estuvieron a la altura que de ellos se esperaba. Si bien los de Simeone eran superiores tácticamente a los de Lopetegui. Lo mismo presionaban muy arriba que decidían replegarse a su parcela. Así que el Madrid no daba pie con bola. Aun así tuvo dos ocasiones claras de gol por parte de Bale y Marco Asensio.
El Madrid jugaba con una pachorra exasperante. Con una lentitud que no le causaba el menor desasosiego al equipo rojiblanco. El cual se desenvolvía con enorme tranquilidad. Convencidos sus jugadores de que el rival estaba domeñado en todos los sentidos. Menos mal que la labor de Casemiro ayudando a sus centrales hizo posible que la defensa mantuviera mejor tono que en anteriores partidos.
En la segunda parte Ceballos sustituyó a Bale, al parecer lesionado, y el Madrid jugó media hora de manera brillante. Mereciendo el gol que le hubiera otorgado la victoria. Pero batir a Oblak cuesta lo indecible. La salida del utrerano desequilibró el orden establecido por Simeone. Y éste se vio precisado a cambiar jugadores para acabar con el juego extraordinario que había experimentado el Madrid.Y logró capear el temporal.
Ahora bien, conviene decir que Benzema, jugando de delantero falso o flotante, no hace goles. Que dejar sin referencia de marcaje a Godín y Giménez no le dio resultado a Lopetegui. Y no siempre van a ser los centrocampistas quienes consigan marcar. De los centrocampistas Kroos estuvo bien, Marco Asensio tuvo veinte minutos estupendos. Modric, en cambio, anduvo triste y apagado. De Ceballos ya hemos hablado. El empate a cero, eso sí, se le debe a los dos porteros.
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