Lopetegui debe acabar con los errores crónicos

Que el Madrid encaja goles con una facilidad pasmosa es una realidad que consta en las clasificaciones de nuestra Liga. Sea o no sea Campeón del torneo de la regularidad. En la última temporada, es decir, en la 2017-2018, el Fútbol Club Barcelona fue el primero con 99 goles a favor y 29 en contra. El segundo fue el Atlético de Madrid con 58 marcados y 22 recibidos. Tercero quedó el Madrid con 94 tantos obtenidos y 44 encajados. Tantos goles en contra son inadmisibles en un club como el Madrid. Y aquí no cabe recurrir a los consabidos paños calientes de todos conocidos. 

Tantos goles en contra dejaron muy pronto al Madrid sin aspiraciones al título de la Liga española de la temporada pasada. La debilidad defensiva del equipo entrenado por Zinedine Zidane, entonces, era tan palpable como evidente los nombres de los futbolistas que actuaban a su libre albedrío. Atacando por sistema o bien careciendo del mínimo rigor defensivo. Pero bien pronto los comentaristas de la cosa buscaron a los culpables de tales males: los componentes de la BBC. Tres delanteros que no eran capaces de sacrificarse cuando los contrarios se adueñaban del balón.

Eran los mismos comentaristas que festejaban la anarquía majestuosa de Marcelo. La personalidad de Sergio Ramos en los momentos en que éste, tras fallar lamentablemente, decidía hacer de Belauste, legendario jugador del Athletic, cuando dijo aquello de: "¡A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo!". La mejor manera que ha encontrado siempre el gran capitán del Madrid para hacer el quite del perdón por sus errores defensivos. Y sobre todo, y por encima de todo, los analistas de la cosa se inventaron un mago... Nacido en Arroyo de la Miel y del cual hablan y no acaban los intelectuales de pacotilla.

La huida de ZZ, debida a que la salida de Cristiano le obligaba a hacer un equipo nuevo y el francés no estaba por la labor, propició el fichaje de Lopetegui. Quien contó con las bendiciones de Ramos. Lopetegui, durante su tiempo de seleccionador, jamás se cansó de decirnos que como Isco no había nadie en el panorama futbolístico. Y esa admiración por el malagueño, tan divulgada, le ha hecho ser esclavo de sus palabras. Hasta el punto de que le está permitiendo que Isco juegue como le dé la real gana.

Concretando: Julen Lopetegui no lo tiene fácil. Pues además de poner fin a las veleidades de Marcelo y evitar que las deficiencias de Ramos no sean aprovechadas por sus rivales, como viene siendo habitual, necesita formar un conjunto cuya mayor virtud sea llegar al marco contrario por el camino más corto y en las mejores condiciones. Ayer, frente al Atlético de Madrid, el entrenador del Madrid se quedó sin recursos.  Él y sus ayudantes. Que son muchos. Y que deben estar cobrando una pasta gansa.