No sé quién dijo, hace ya mucho años, que la televisión, aparentemente, es como el tabaco: se dice que es malo, pero no se puede pasar sin él. También había políticos que estaban en la oposición, que juraban en aquel tiempo que el carácter siniestro de las informaciones era el resultado de una propaganda gubernamental bien orquestada: "Cuanto más inquietas están las gentes más votan por el poder establecido".
Nunca entendí semejante aseveración. Pues pintar con tonos lúgubres la actualidad para socavar la moral de la nación con el fin de mantener el poder me parecía una sandez. Pero dado que siempre se ha dicho que la política es el arte de lo posible; aunque para lograrlo haya que intentar muchas veces lo imposible, decidí encogerme de hombros.
Incluso acepté la observación de quien me dijo en aquella época que la actualidad mandaba y que los periodistas no fabricaban las malas noticias de las que daban cuenta tanto en las televisiones como en radios y periódicos. Pero yo respondí que era imposible que sólo se produjeran catástrofes y que lo único que pedía era que se les diese, de vez en cuando, una información positiva a la gente. Aunque nada más que fuera una.
Una buena noticia, entre muchas malas, ha sido saber -hoy- que todavía existen personas honradas en una España asediada por los independentistas catalanes y por los inmigrantes africanos; en la que gran parte de la juventud vaga por las calles sin oficio ni beneficio; donde la clase media aún está pagando con creces las secuelas de la crisis económica y en la que los parados siguen siendo innumerables. Eso sí, la exhumación de los restos de Francisco Franco es, según se deduce ahora mismo, el principal reto que afrontará el Gobierno de Pedro Sánchez. ¡Menuda tarea!
Perdonen la digresión. La buena noticia ha sido la referente a una familia china cuya visita a Granada pudo costarles un disgusto morrocotudo. Resulta que, por causa que vaya usted a saber, se les cayó del coche una mochila en el suelo de un aparcamiento. La cual contenía, además de sus documentos, 6.700 euros. De modo que la visita a la Alhambra la iban a recordar toda su vida.
Cuando los chinos, residentes en Rentería (Guipúzcoa), regresaban a su lar, la Guardia Civil, gracias al número del teléfono movil que constaba en un documento, los localizó para darles la feliz noticia: un matrimonio malagueño había hallado el macuto y tardó nada y menos en entregarlo a la Benemérita. Por cierto, la que viene sufriendo en Ceuta los ataques de quienes saltan la valla fronteriza cada dos por tres. Mal endémico.
Cuando los chinos, residentes en Rentería (Guipúzcoa), regresaban a su lar, la Guardia Civil, gracias al número del teléfono movil que constaba en un documento, los localizó para darles la feliz noticia: un matrimonio malagueño había hallado el macuto y tardó nada y menos en entregarlo a la Benemérita. Por cierto, la que viene sufriendo en Ceuta los ataques de quienes saltan la valla fronteriza cada dos por tres. Mal endémico.
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