El Madrid sigue sembrando dudas

La primera parte jugada por el Madrid fue anodina, insípida, pueril. Máxime cuando enfrente tenía un rival encogido e incapaz de ligar dos pases seguidos para traspasar su campo. Prueba de ello es que Kroos, jugando de mediocentro. se bastaba y se sobraba para cortar de raíz cualquier intento de progresar de los jugadores del Getafe.

A los costados de Kroos se situaron Ceballos e Isco. Por delante de éstos Bale, Benzema y  Marco Asensio trataban de desmarcarse continuamente para recibir balones al espacio libre. Pero tanto Isco como Ceballos decidieron que había que mover la pelota con lentitud y sin buscar el camino más corto para llegar a la portería defendida por David Soria. 

David Soría, la verdad sea dicha, estaba hecho un flan. Pero nadie lo ponía a prueba. Cierto es que un tiro de Gareth Bale se estrello en el travesaño. A propósito, el galés está que se sale. Ha recuperado la alegría, se deja la piel en el césped y tiene una pierna izquierda capaz de poner de los nervios a los porteros. 

Atacado de los nervios estaba el guardameta del Getafe cuando despejó un balón con los puños y lo envió a la cabeza de Carvajal. Quien agradeció el regalo enviándo la pelota al fondo de la red. Corría el minuto 19 y la intranquilidad que había empezado a cundir en el Bernabéu se trocó en alegría. Aunque el Madrid continuó jugando con una lentitud pasmosa y sin que ninguno de sus jugadores decidieran chutar desde la media distancia.

La segunda parte transcurría de la misma manera. Menos mal que Marco Asensio, que hasta entonces por estar encorsetado en una banda y por no recibir balones, no había dado la talla, le disputó un balón a D Jene y, tras robárselo, centró como en él es habitual. Y Bale logró el segundo tanto (50') A partir de ahí todo cambió. Debido a que Lopetegui decidió hacer los cambios que su equipo precisaba.

Isco dejó su puesto a Casemiro. Y el Madrid principió a mover el balón con celeridad y casi siempre hacia adelante. Fue entonces cuando Marco Asensio empezó a dar señales de vida, moviéndose por las zonas donde suele hacer mucho daño a sus rivales. Aumentó el ritmo del partido gracias a que Modric sustituyó a Ceballos (70`)  También se retiró Bale para dar paso a Lucas Vázquez (76´). Y ya no hubo que reseñar nada digno de ser destacado.

En suma, el Madrid no debe hacer del medio campo una zona donde sus jugadores se dediquen a manosear el balón sin ton ni son. Y muchos menos que ante un equipo replegado en su campo ni Ceballos ni Isco, verbigracia, sean capaces de chutar desde la media distancia. En esta ocasión, los cambios mejoraron al Madrid.

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