Juego bonito o bueno, Xavi y Luis Enrique

Contaba yo en noviembre de 2017, una vez más, cómo afrontó Helenio Herrera, en su etapa de entrenador del Sevilla, el problema que le causaba al equipo Juan Arza. No por su estilo de juego sino porque lo desarrollaba en su propio campo. Todo comenzó así: HH se encontró con un jugador, nacido en Navarra, que estaba considerado el arquetipo de la escuela andaluza del deporte rey. Arza era el arte basado en la habilidad, el gambeteo ratonil, el quiebro desconcertante, la cabriola, los arabescos del caballito, el pasecito horizontal. En fin, el no va más de la expresión futbolística de la tierra. De Arza se decía que jugaba por sevillanas. Don Helenio hizo lo que debía en aquel momento. Se dirigió al futbolista para alabarle su juego. Le reconoció que era un espectáculo verlo en acción. Pero lo instó a que su fútbol, considerado mágico por la afición, lo llevara a cabo desde la mitad del campo contrario hacia adelante.

Xavi Hernández sigue jugando -a sus 38 años- en el Al-Sadd SC de la Liga de Catar. Si bien es raro el día en el cual no le conceden una entrevista en el Diario AS con el único fin de que le haga el artículo al estilo de juego bautizado por la prensa como el tiqui-taca. Xavi ha reconocido que la posesión no ha dado el resultado apetecido en Rusia. Pero que ello no es óbice para que se siga confiando en jugadores que les gusta tener el balón y presionar muy arriba. Como son Busquets, Thiago, Asensio e Isco. Cuando le recordaron que él había criticado el juego de Isco..., no tuvo más remedio que defenderse: "Tú puedes hacer una ruleta en campo propio y eso no vale para nada; pues la ruleta, la bicicleta o los regates deben producirse en el campo contrario. Y a ser posible en la zona de tres cuartos y en el área contraria". Xavi, además, recordó la pregunta que le hizo Luis Aragonés en su día, sobre qué era juego bonito o bueno. Luis, sin duda, sabía lo ocurrido entre HH y Arza.

Luis Enrique. Si no sucede algún contratiempo -de última hora- será el Seleccionador de España. Sus éxitos como entrenador del Barcelona son indiscutibles. De su antiespañolismo, a pesar de ser asturiano de nacimiento, también ha dado muestras evidentes. Pues siempre que ha podido, y ha podido muchas veces, ha gritado ¡Visca Cataluña! Después de zaherir a los españoles. Franceses y alemanes jamás habrían recurrido a un seleccionador que se hubiera comportado de tal guisa. Ahora bien, la presencia de Luis Enrique evitará que algún jugador decida arrogarse facultades que no le corresponden. De modo que Sergio Ramos, por ejemplo, debería hacerse a la idea de que en cualquier momento, si acaso es seleccionado por LE, puede verse en apuros. Tampoco creo que al nuevo seleccionador le vaya a resultar fácil seguir manteniendo como dogma el estilo de juego harto conocido.