Francia obtiene su segundo Mundial

Y lo ha logrado frente a Croacia. Magnífica selección. Pero la mala suerte se cebó con ella en la primera parte. Todo empezó con un error de Pitana, árbitro argentino; el cual indicó una falta a Griezmann, inexistente a todas luces. Y el centro de éste acabó siendo gol de Mandzükic en su portería. Corría el minuto 19. Pero la desgraciada jugada no amilanó a Modric. Pues éste siguió dirigiendo a su equipo con su habitual maestria.

El jugador del Madrid, grande entre los grandes futbolistas, era marcado por Kanté. Tremendo error de Deschamps. Puesto que al salir el jugador de su natural posición de mediocentro, para convertirse en volante por el lado izquierdo, la defensa francesa se quedaba huérfana del trabajo a destajo que realiza siempre el jugador del Chelsea.  Así que en  el (27') empató Perisic. Y los franceses acusaron el golpe.

Pero una jugada desgraciada de Perisic, cuando defendía en el área, terminó dándole al VAR la oportunidad de convencer al árbitro de que había sido penalti. Y Griezmann engañó a Subasic con suma facilidad. Así que la selección croata, que había sido superior a la francesa, llegó al descanso con un resultado adverso. Ahora bien, en el minuto 53 el seleccionador francés decidió enmendar su error táctico. Y aprovechando que Kanté tenía tarjeta amarilla, lo cambió por N'Zonzi. Y el partido dio un vuelco espectacular.

Fue entonces, una vez que Francia había asegurado el centro del centro del campo con el jugador del Sevilla, cuando llegaron los ataques veloces y en tromba de los galos. De modo que muy pronto Mbppeé deslumbró con una de sus carreras vertiginosas, gracias a su descomunal potencia, y le puso el balón a Pogba en condiciones óptimas para marcar. Seis minutos más tarde, más o menos, fue Mabppeé quien marcó el cuarto tanto. Asegurando el título para su equipo. El error de Lloris en el minuto 68, por buscar el lucimiento personal ante Mandzükic, que terminó en gol, fue ya un premio de consolación para los jugadores balcánicos.

La victoria de los franceses fue justa. Por más que sus dos primeros goles los consiguieran cuando su rival estaba jugando mejor y por supuesto arriesgando más. Pero tampoco se puede negar que Didier Deschamps ha convencido a sus jugadores de que lo primordial era mantener el orden para no dejarse sorprender. Confiando ciegamente en la calidad de los suyos al contraataque. Lo cual le ha funcionado perfectamente, gracias a contar con los futbolistas adecuados.

Qué decir, pues, de Kanté y Matuidi, durante toda la competición; de Griezmann; de  Umtiti y Varane. Cómo olvidarse de sus laterales, Pavard y Lucas Hernández. De lo mucho y bueno que ha hecho Pogba. Y, por encima de todos, sin duda alguna,  conviene destacar  a Mabpeé. Quien, cuando aún no hacumplido los veinte años, se nos ha mostrado como un gigante del fútbol mundial. Su velocidad es capaz de destrozar a cuantos rivales les salgan al paso.  Y no sólo marca goles sino que, además, se sacrifica en tareas defensivas.

Dije de Mabppeé, fechas atrás, que el equipo que menos le conviene es el Madrid. Puesto que en el Bernabéu se sentiría como un pájaro enjaulado. Porque, cambiando lo que haya que cambiarse, ya le ha ocurrido a Gareth Bale. Otro portento de fuerza más velocidad. Esto es, potencia. A ver si aprendemos, de una vez por todas, que no hay estilos de juego que sean innegociables. Y el Madrid, parece ser, ojalá me equivoque, que va a jugar con el estilo que mejor le va a un muchacho nacido en Arroyo de la Miel.