Federalismo

No es la primera vez que aparece el tema del federalismo para hacer otra forma u otro modelo de Estado. En lugar del Estado de las Autonomías, ahora hay quienes quieren hacer el Estado Federal. La ocurrencia, una vez más, viene de los socialistas de Cataluña, y no sólo porque el socialismo ha sido siempre federal, sino porque están convencidos de que la actual situación catalana les viene que ni pintiparada para salirse con la suya.

La ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, quien ha dicho que hará todo lo que esté en sus manos para arreglar el problema de sus paisanos, está empeñada en convencernos de que sin necesidad de reformar la Constitución se puede pasar del Estado de las Autonomías al Estado Federal. De modo que lo primero que he hecho es informarme de si eso es posible.

Y alguien, que sabe mucho del asunto, me ha explicado que el artículo 149 establece las competencias exclusivas del Estado sobre 32 materias. Pero luego el artículo 150 dice que el Estado puede transferir o delegar lo que proceda. Debido a que el artículo VIII de la Constitución es una desdicha. Que bien sabes tú cómo se hizo todo ésto...

-No, amigo, no lo sé; así que necesito que tú me lo aclares.

-Había dos autonomías clásicas, establecidas en la República, y que fueron la vasca y la catalana con sus Estatutos. Todo eso lo hizo desaparecer el régimen del general Franco. Los  nacionalismos de estas dos regiones, los cuales se pusieron de parte de los republicanos o rojos de la guerra civil, se añadieron a los derrotados y desterrados en la posguerra; y en la restauración democrática de 1977 exigieron todo aquello que habían perdido.

Lo prudente habría sido el restablecimiento de los Estatutos vasco y catalán, en procesos hacia adelante, y lo demás estaría sometido a la imaginación política y jurídica de una democracia nueva y creadora. Cuarenta años después seguimos en este bache del modelo de Estado, y en un litigio permanente entre País Vasco y Cataluña con Madrid, y ahora, como en otras ocasiones, se quiere una ordenación más realista, y más avanzada, mediante la construcción del Estado Federal. Sobre todo para sofocar el incendio catalán.

-¿Lo entiendes, Manolo?

Sí, claro que sí; pero no lo comparto. Querer construir un Estado Federal cuando el gran protagonista de nuestros compromisos exteriores es el Estado, tal como se lleva, o se configura el Estado, en la Europa actual, me parece algo innecesario. Pero hay más, un Estado Federal es aquel que se crea mediante la unión de otros pequeños Estados. Tal es el caso de los Estados Unidos de América. Pero aquí no teníamos tal cosa.

Aquí tenemos un Estado grande y lo convertimos en 17 Estados pequeños. Que no han funcionado en la medida esperada. Y a los hechos me remito. Y, claro es, que la idea de un Estado Federal sería mejor que el Estado de las Autonomías, que no es ni chicha ni limonada. Pero el problema radica en lo siguiente: el gran protagonista del Estado Federal norteamericano es Washington. El gran protagonista de la República Federal Alemana es Berlín. Algo que aquí sería imposible.

Pues la idea que tienen quienes claman por el Estado Federal es la de repartirse los protagonismos. Y no aceptarían nunca la condición de que luzca el Estado español en Madrid, y lo federal fuera una mejor manera de distribuir protagonismos regionales. Y, desde luego, los nacionalistas tardarían nada y menos en prohibir todo cuanto consideren que es español. Bueno, de hecho ya lo vienen haciendo desde hace ya mucho tiempo.