Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 11 de mayo de 2018

Vivas y Carreira forman un tándem

Raro es el día, durante mi paseo de la mañana, en que no me cruce yo con alguien dispuesto a hacer un alto para hablar de fútbol y a veces, las menos, de política. El encuentro casual de hoy ha sido con una persona muy vinculada al Partido Popular. Cuya memoria funciona como un reloj suizo. Y lo primero que me ha dicho es que ya sabe el motivo, entre otros, por el cual Juan Vivas no me puede ver ni en pintura.

Tú dirás -le digo-. Y me puso al tanto de cómo le desagrada en extremo que yo me dirija a él como nuestro alcalde y casi nunca como presidente. Respuesta que me sorprendió muchísimo. Pues yo tenía asumido que Vivas me había dicho, en cierta ocasión, que ser alcalde de su pueblo es lo mejor que le puede pasar a un ceutí. Pero no estoy en condiciones de afirmarlo. Dado que me he prometido no hablar de memoria.

Mi interlocutor aprovechó la ocasión para recordarme que hace dos años escribí yo un artículo sobre Juan Vivas y Emilio Carreira en el cual anticipaba que ambos serían piezas básicas en las próximas elecciones. Y me quedé en blanco. De modo que el militante del PP me refrescó la sesera: "Decias tú, Manolo, no creer que hubiera dos hombres más diferentes que Vivas y Carreira".

Así que fue llegar a mi casa y ponerme a buscar el escrito. Y apareció fechado el 28 de junio del 2016. Y creo que merece la pena transcribirlo literalmente, aunque sea a costa de excederme en la escritura. No creo que pueda haber dos hombres más diferentes que Vivas y Carreira. Como no creo, tampoco, que pueda haber dos que se tengan una más íntima y secreta muestra de simpatía como la que estos dos hombres se tienen. Esta es una de las hermandades dignas de ser tenida en cuenta. Por compleja.

Ambos son, como decía, radicalmente distintos. Y por eso se entienden perfectamente. Juan Vivas es tan grande actor como para permitirse el lujo de interpretar permanentemente papeles varios. Emilio Carreira, en cambio, trata de ser un personaje directo, no rehúye el cuerpo a cuerpo dialéctico y si la situación se pone bronca no duda en esgrimir las habilidades aprendidas como funcionario. Hubo un tiempo en que se decía que Vivas y Carreira se detestaban. Pues el primero estaba convencido de que el segundo seguía siendo leal a Jesús Fortes.

Pero yo llegué a la conclusión de que Vivas y Carreira esperaban el momento para unirse de nuevo en la aventura de gobernar cada uno con sus armas pero buscando el bien común. Entiéndase, como bien político. Vivas y Carreira, gracias a la política activa, han logrado domeñar la timidez que dejaban traslucir en sus comienzos. Así que no sería descabellado asegurar que la actividad política ha sido para ellos elixir capaz de cambiarles el carácter apocado que se les suponía a ambos.

Carreira reconoce que no tiene ninguna condición para la amistad. Incluso coincide con Vivas en lo siguiente: que sólo tiene predilección por las personas que le puedan enseñar alguna cosa y, en algún momento, les distraiga. La ironía de Vivas ha ido subiendo como la espuma. Hasta el punto de que la burla forma ya parte de su semblante. Los ojos de Vivas son como una foto fija del cachondeo por excelencia cuando él cree que la ocasión lo requiere. Carreira, en cambio, se siente más seguro haciendo uso del sarcasmo.

En rigor, Vivas y Carreira forman una pareja perfecta como políticos: de un lado, aparece la humildad escenificada espléndidamente; de otro, la arrogancia prefabricada ante los adversarios. Y hasta ahora no les ha ido mal. Ahora bien, tienen un futuro complicado. Así que van a necesitar, si quieren seguir "yendo a gusto en el machito", mucha mano izquierda y sobre todo no ser volubles por sistema.


 


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