La Agrupación Deportiva Ceuta necesita suerte

La Agrupación Deportiva Ceuta FC ganó en el campo del Felanitx (0-1) y se halla en las mejores condiciones para superar la primera eliminatoria de ascenso a Segunda División B. Hoy me han preguntado si iré al Alfonso Murube a ver tan importante partido. Y he dicho que no. Es más, se me ha ocurrido decir que ojalá no acuda al palco de invitados ningún gafe capaz con su presencia de chafarle la victoria al equipo presidido por Luhay Hamido. 

Inmediatamente de pronunciarme así, me vino a la memoria la anécdota ocurrida en Córdoba cuando Marcel Domingo entrenaba a este equipo en Primera División. Resulta que acababa de ser destinado a la ciudad un obispo procedente de Bilbao que se pirraba por el fútbol. Y el presidente de la entidad verdiblanca, enterado de ello, lo primero que hizo fue invitarlo al palco. 

A partir de ese momento, los cordobeses, que  no perdían en el Arcángel desde hacía mucho tiempo, dejaron de ganar y todas las miradas convergían en el gobernador de la diócesis como culpable de semejante desaguisado. Y hasta éste llegó la noticia de que ya era considerado gafe de mucha altura. Ni que decir tiene que el hombre aparecía por el palco con complejos culpables y herido en su susceptibilidad. 

Pero a la cuarta intentona se hizo posible la victoria local y el obispo en plena euforia, gritó hasta quedarse afónico, rematando así su alegría: "¡Coño, ya era hora de que el Córdoba ganara estando yo en el campo!". Y es que ni los representantes de la Iglesia quieren ser tenidos por  cenizos. Válgame la anécdota para desearle a la ADC FC lo mejor. Lo cual consiste en eliminar el equipo balear.

La última vez que me crucé con Juan Ramón Martín -entrenador- se me ocurrió decirle, una vez más, la importancia que está teniendo que su equipo reciba tan pocos goles.  Por lo que a mí me da en las pituitarias que esa firmeza defensiva conducirá al éxito. Éxito harto difícil de conseguir, que nadie se llame a engaño, pues varios y difíciles son los obstáculos que habrá de salvar el equipo caballa para lograr el tan ansiado ascenso.