Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Keylor Navas lleva al Madrid a la final

Dos jugadores han brillado en el Madrid frente a un Bayern muy superior. Keylor Navas y Benzema tenían necesidad de encandilar a su público con una actuación como la que les hemos visto en un partido donde los alemanes han vuelto a dejar constancia de su entrega y calidad desde el primer minuto hasta el último. De hecho, cuando aún no habían trasncurridos 2' de juego marcó Kimmich. Gol que nos permitió ver nitidamente la debilidad de la defensa merengue por el lado izquierdo. Y sobre todo las carencias de Ramos cuando debe girarse por el lado izquierdo. Y qué decir de los despistes defensivos de Marcelo. Pero en el 10' empató Benzema con la cabeza.

Antes de referirme a otras acciones que deben ser reseñadas, permítanme decir lo que en Andalucía calificarían como una guasa: si Sergio Ramos es el mejor defensa del mundo, o uno de los tres o cuatro mejores, tal y como no se cansan de decirnos a cada paso periodistas y viejas glorias del fútbol patrio y foráneo, cómo serán los demás. Si hoy Müller y Lewandowski no han eliminado al Madrid ha sido por la magistral actuación del ya reseñado portero costarricense. Dado que el capitán del Madrid anduvo todo el tiempo papando moscas. 

También es cierto que la pareja Lucas Vázquez y Modric nunca pudieron con la formada por Alaba y Ribbéry. Mientras el francés, mal marcado por el lateral madridista improvisado, arrastraba a éste hacia el interior del campo, Alaba llegaba desde atrás hasta la línea de fondo para centrar balones a la cabeza de Müller; siempre alejándose éste de sus marcadores, y Lewandowski tratando de cogerle las espaldas a los centrales españoles.

Tampoco funcionó la ayuda de Kroos a Marcelo. De ahí que Kimmich volviera a marcar como ya lo hizo en el Allianz Arena. Cierto es que Marco Asensio se alejaba de ese costado para impedir a Thiago que se hiciera dueño y señor del centro del centro del campo, zona vital. Pero también James empezó a demostrar su categoría y a Kovacic se le amontonó el trabajo. Precisamente, el gol de James en el 62'  empataba un partido  en el cual  Benzema, nada más sacarse de centro en la segunda parte había marcado su segundo tanto, aprovechándose de un fallo garrafal  cometido al alimón entre Tolisso y Ulraich.

 A partir de ese momento, fue cuando los alemanes decidieron ir a por todas para convertirse en finalistas, pues ni siquiera Cristiano parecía dispuesto a solucionar el problema de su equipo, como tantas otras veces lo ha hecho. Su lenguaje corporal lo deletaba: dejaba entrever perfectamente que él era consciente de que estaba naufragando. Cierto es que no le llegaban balones. Y por eso mismo estaba siendo reducido a ser un cero a la izquierda.

El Madrid sufrío de lo lindo. Puesto que el equipo muniqués se fue arriba con todos sus hombres altos. Y cada balón aéreo suponía un martirio para los defensores madridistas y de paso corría la jindama por todo el estadio. Menos mal que Keylor Navas, a quien no cejan de mirar con lupa para descubrirle defectos con los cuales poder justificar su salida del club, estuvo inconmensurable. Y También Benzema con su trabajo y sus dos goles les permiten reverdecer sus lauros. Que estaba falto de hazañas de ese tipo. 

Los cambios de ambos equipo influyeron poco. Eso sí, conviene decir que el conjunto bávaro fue superior al Madrid y que muy bien pudo ganar la eliminatoria. Pero tuvieron la mala suerte de toparse con dos jugadores que estaban de capa caída. Y a los dos les dio, precisamente, por destacar sobremanera en las semifinales de Champions que los sitúa en la tercera final seguida que jugarán los pupilos de Zidane.

Ahora bien, la defensa del Madrid deja mucho que desear. La organización de la defensa corresponde al entrenador. Y éste debe ser riguroso en ese aspecto. El Madrid comete errores de bulto en los marcajes, en las coberturas y en todo lo tocante a vigilar a los rivales. Hay momentos  en lo que, cuando les toca defender, dan la impresión sus jugadores de estar actuando en el patio de su casa. Por el desorden que reina en esa actividad.

No es la primera vez, ni creo que será la última, siquiera haya conseguido el Madrid acceder a una tercera final consecutiva de la Champions, que hablemos de las facilidades que otorgan Sergio Ramos, Marcelo y compañía. Ojalá que los próximo rivales, Roma o Liverpool, no tengan más suerte que la que les ha faltado a los alemanes. Porque la defensa del Madrid pone de los nervios a cualquier aficionado que sea blanco de nacimiento.






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