Existen varias definiciones del refrán, pero todas ellas coinciden en una característica: "Dicho agudo y sentencioso de uso común". "También se suele decir que es la "sabiduría de las naciones". En mi caso, como lector asiduo que fui del siempre recordado Jaime Campmany, supe muy pronto que no había motivo alguno para desdeñar los refranes como es habitual entre quienes dicen no comulgar con ellos.
Así que hoy voy a recordar el que nos avisa de que El zorro viejo huele la trampa. Que viene a decirnos que el zorro experimentado sabe esquivar las trampas. También puede interpretarse en sentido figurado: las personas con experiencia no son fáciles de engañar. De experiencia política anda sobrado nuestro alcalde.
No olviden ustedes que Juan Vivas, como funcionario que es, fue persona de confianza de alcaldes que vieron en él a un profesional de los asesoramientos y no a consejeros idiotas que suelen darse pote de pensadores brillantes. Tampoco conviene echar en saco roto la clase de política que recibió de Luis Vicente Moro durante el tiempo que estuvo con éste en la Delegación del Gobierno. Yo lo calificaría de master.
Por cierto, Luis Vicente Moro me dijo un día entre bromas y veras: "Jamás confío en un hombre a menos que lo tenga cogido por la... nariz". Incluso me propuso afiliarme a su partido. Creo que le contesté algo parecido: "Yo no perteneceré nunca a ningún partido político organizado. Soy democrata".
A lo que iba: que Juan Vivas sabe sobradamente quienes son sus enemigos dentro del partido. Y sobre todo está enterado de cómo los hay que están maniobrando por detrás para sustituirlo. Aun a costa de sufrir un varapalo del cual tardarían en recuperarse un mundo. Lo único que necesita nuestro alcalde es que alguien le diga al oído lo que todavía desconoce. Y entonces no dudaría en aplicarles lo que exige el arte de la política que él tan bien conoce.
El arte de la política exige siempre, de un modo u otro, la necesidad de matar políticamente. En la modernidad democrática se lleva a cabo mediante esa liquidación de los adversarios revestida de civilizado ropaje del ostracismo, la expresión o condena. Nuestro alcalde, la verdad sea dicha, ya ha alcanzado esa autoridad. No en vano lleva 17 años en el poder. Aunque es consciente de que necesita, si no quiere apearse del machito, recuperar el respeto que puedan haberle perdido algunos de los suyos.
Frase
Yo no cuento chistes. Me limito a observar al gobierno e informar de los hechos (Will Rogers)
Por cierto, Luis Vicente Moro me dijo un día entre bromas y veras: "Jamás confío en un hombre a menos que lo tenga cogido por la... nariz". Incluso me propuso afiliarme a su partido. Creo que le contesté algo parecido: "Yo no perteneceré nunca a ningún partido político organizado. Soy democrata".
A lo que iba: que Juan Vivas sabe sobradamente quienes son sus enemigos dentro del partido. Y sobre todo está enterado de cómo los hay que están maniobrando por detrás para sustituirlo. Aun a costa de sufrir un varapalo del cual tardarían en recuperarse un mundo. Lo único que necesita nuestro alcalde es que alguien le diga al oído lo que todavía desconoce. Y entonces no dudaría en aplicarles lo que exige el arte de la política que él tan bien conoce.
El arte de la política exige siempre, de un modo u otro, la necesidad de matar políticamente. En la modernidad democrática se lleva a cabo mediante esa liquidación de los adversarios revestida de civilizado ropaje del ostracismo, la expresión o condena. Nuestro alcalde, la verdad sea dicha, ya ha alcanzado esa autoridad. No en vano lleva 17 años en el poder. Aunque es consciente de que necesita, si no quiere apearse del machito, recuperar el respeto que puedan haberle perdido algunos de los suyos.
Frase
Yo no cuento chistes. Me limito a observar al gobierno e informar de los hechos (Will Rogers)
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