Toni Kroos.
Su primera parte fue para grabarla y ponerla como ejemplo de cómo se le puede arrebatar el medio campo, zona vital del juego, al Barcelona. Su actuación rozó el sobresaliente. Y el caso es que todas sus acciones estuvieron revestidas de esa sencillez que anida en su forma de entender el fútbol. Desorientó de manera clara y rotunda a Busquets. Quien nunca supo combatir el chorro de juego de un alemán que daba los toques precisos sin necesidad de recurrir a ruletas u otros adornos superfluos. La gran actuación de Kroos en el Camp Nou debe haber ilusionado a los madridistas.
Keylor Navas
Nunca ha dejado de estar sometido a vigilancia por parte de quien más manda en el Madrid. Sus actuaciones son miradas con lupa a fin de ponerle siempre un pero porque sí. Y pobre del costarricense si un día comete un desliz. Pues entonces le llueven las críticas y los sustitutos. Que si De Gea, que si Courtois, que si Kepa Arrizabalaga... Pues bien, frente al Bayern de Múnich, y sabiéndose escudriñado por quienes lo consideran un guardameta de andar por casa, se superó en todos los sentidos. Incluso en el juego aéreo. Ayer volvió a demostrar su calidad.
Marcelo. Gran jugador. No cabe negarlo. Ahora bien, su anarquismo defensivo es tan peligroso para su equipo cual fácil de corregir. Semejante error lo vengo denunciando desde hace ya mucho tiempo. Mientras los considerados popes de este deporte no se cansan de decirnos que merece la pena dejar al brasileño jugar a su libre albedrío. Al frente de los comentaristas influyentes en los medios está, sin duda, Jorge Valdano. Éste, vaya usted a saber por qué, ha cambiado de opinión. Al decirnos que a Marcelo hay que darle una foto de Salah para que le empiece a tener en sus oraciones y sea más cuidadoso por su banda. ¡Albricias!
Sergio Ramos. Sería injusto no reconocer que viene jugando como central por el lado izquierdo; demarcación que no es la más idónea para él. Porque ni su pierna izquierda ni su cintura son las adecuadas para desempeñar su tarea en esa posición. Dada su experiencia y su poder en el club, bien podría haberse permitido el lujo de pedir un cambio al lado diestro. Donde podría disimular mucho más sus debilidades. Y, desde luego, evitaría el riesgo que le supone compartir banda con Marcelo. Frente al Liverpool, más que jugar con una defensa adelantada, para alejar a sus tres delanteros del marco propio, al Madrid le convendría más altenar la salida en corto del balón desde atrás, con los balones en largo para evitar la presión de Salah, Mané y Firmino. Dado que los tres se alimentan de los fallos ajenos.
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