Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 23 de abril de 2018

Recordando a Juan Almagro

Abro el tercer cajón de un mueble auxiliar, situado a la derecha del ordenador y al que no había accedido desde el año de catapún, buscando un objeto extraviado, y descubro dos páginas de periódico amarillentas, cuyo contenido es una entrevista que me concedió Juan Almagro en enero de 1997. Gracias, conviene decirlo, a la petición que le hizo su hijo Pepe para que mantuviera un diálogo conmigo; debido a que su padre era poco dado a contar cuestiones relacionadas con sus muchos años vividos como conserje en el Alfonso Murube.

Juan Almagro disfrutaba ya de su jubilación. Y lo primero que hicimos fue adentrarnos en el pasado. Hablamos de cuando yo me presenté a él como entrenador del primer equipo de la ciudad. Fue un 18 de julio de 1982. A partir de ahí nuestras relaciones estuvieron siempre precedidas por el respeto y la lealtad de dos empleados que estaban obligados a llevarse bien. Y a fe que lo logramos. Pero he aquí que un día se produjo un desencuentro por mor de su deseo evidente y necesario de mantener el césped en las mejores condiciones, mientras yo carecía de otras alternativas para no pisarlo. Discusión que duró en un decir amén.

Hablar de ese incidente retozó nuestra risa. Pues habíamos congeniado tan bien como para contarnos nuestras inquietudes y hasta los problemas que en esos momentos nos estuvieran agobiando. Juan llevaba 50 años en el Murube y me reconoció que en muchos momentos no pensaba como empleado sino como dueño de las instalaciones. A mi amigo se le humedecieron los ojos cuando recordó que al morir su padre empezó a trabajar en el Ayuntamiento como aprendiz de pintor. Acababa de cumplir 15 años. Y no tuvo más remedio que hacerse un hombre rápidamente.

Se le alegraron las pajarillas nada más preguntarle por la fecha en la cual fue nombrado conserje del campo. Así que Juan Almagro echó mano de su buena memoria: "Yo llegué al Murube en la temporada 41-42. Estaba recién ascendida a Segunda División la Sociedad Deportiva Ceuta. Así que entré con buen pie". Y, a renglón seguido, fue mencionando nombres de jugadores de aquella época. Tome nota, me dijo: Coma, Telechía, Carrasco, Orama, Milito, Gonzalvo (internacional en el Mundial celebrado en Brasil), Abad, Davilo, Melú y Morla. Como entrenador teníamos al inolvidable don Ramón Lafuente.

Juan Almagro sabía de fútbol y sentía pasión por él.  Así que he decidido darle cabida en esta página a la presentación que hice de él cuando lo entrevisté. Rezaba así: De carácter fuerte, y amante del fútbol hasta la exageración, JA se hacía respetar en su parcela del Alfonso Murube. Nunca hizo bandera del rencor; porque si bien es cierto que su genio vivo propiciaba la discusión por mor del dichoso césped, olvidaba cualquier rifirrafe con suma celeridad. 

Vivía aislado de todo en el viejo campo del Murube. Más bien parecía llevar una vida de cortijero. No se cansaba de airear los muchos años de felicidad que pasó como conserje del estadio. En el cual se criaron sus hijos. Confiesa ser del Betis. Adora a su nieto Abel, quien ya juega en la selección que dirige Eugenio Canas. De su forma de vida, una vez jubilado, reconoce que pasa un tiempo  hablando de fútbol con sus amigos en el Bar Lara. Luego, ve la televisión. Y a esperar...









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