Girona-Betis
Llevaba mucho tiempo sin ver tres partidos televisados durante un fin de semana. Una barbaridad para mí. Y he terminado exhausto. Pero, dado ese paso, he decidido opinar por encima de lo que llamó más mi atención. Todo comenzó el sábado con el Girona-Betis. Partido entretenido y jugado con auténtica garra por ambos equipos. Lo ganó el Betis por 0-1. Tras una extraordinaria jugada de mi paisano Joaquín, finalizada con un pase magistral a Loren. Delantero que no suele fallar cuando se halla frente a la portería rival. El Betis ha mejorado muchísimo en todos los sentidos. Ya no es aquel equipo mogijato, melindroso, ñoño..., empeñado en jugar vestido de esmoquin. Con un Adán (antes de lesionarse) obligado a sacar de portería con las manos a su defensa más cercano aunque éste estuviera agobiado por un rival y no supiera qué hacer con el balón. Quique Setién ha rectificado y el Betis es mucho mejor que antes. Y merece la pena ver sus partidos. Y sobre todo recrearse en el juego de Joaquín Sánchez, nacido en El Puerto de Santa María
Sevilla y Villarreal jugaron en Nervión un partido apasionante.
Hubo de todo: emoción, arbitraje discutido, jugadores expulsados, y cuatro goles. El equipo castellonense fue muy superior al hispalense durante gran parte del encuentro. Y tuvo el partido ganado 0-2 hasta el minuto 68. Pero, después de pararle Asenjo un penalti a Nolito, el Sevilla echó mano del brío que hasta entonces le había faltado y acabó empatando. Gracias a ese ímpetu llegó el gol de Nolito y el golazo de Nzonzi. El Sevilla mostró debilidades físicas y sobre todo fallos lamentables en todas sus líneas. De ahí que hubo momentos en los que el Villarreal se hizo dueño del medio campo y agobió a los jugadores locales. Todo los críticos hablan y no acaban del acierto de Vincenzo Montella, entrenador del Sevilla, al convertir al extremo Jesús Navas en lateral. Algo natural y que, por lo tanto, ha ocurrido muchas veces en el fútbol. De cualquier manera, no es precisamente lo peor del jugador de Utrera el defender, ni mucho menos; lo peor, aunque parezca una contradicción, es que centra peor que cuando jugaba como delantero. Mucho habrá de cambiar el Sevilla si quiere tener opciones de ganar la Final de la Copa del Rey.
Barcelona-Valencia
El Valencia está compuesto por un grupo de futbolistas jóvenes cuyo juego es sumamente atractivo. Rodrigo, Guedes, Gayá, Carlos Soler, Santi Minas, Andreas Pereira..., protegidos por Dani Parejo y Kondogbia, tienen en el contraataque lo mejor de su repertorio. La pena es que hoy, habiendo jugado una primera parte excelente el equipo dirigido por Marcelino García Toral, Rodrigo y Guedes han fallado goles cantados. Amén de los que ha evitado ese gran portero que es Ter Stegen. Buen primer tiempo el jugado por el equipo che. Ni siquiera el tanto marcado por Suárez, tras un magnífico pase de Coutinho, a los 17 minutos, logró que decayeran ni el entusiasmo ni el buen juego de los visitantes. En el Barcelona, como casi siempre que los contrarios aprietan de lo lindo, Busquets se puso a deshojar margaritas. Más o menos como en el Estadio Olímpico de Roma. A mí me parece muy bien que el jugador nacido en Sabadell domine los tiempos y los espacios... Pero como mediocentro también necesita hacerse notar como defensor cuando los adversarios salen dispuestos a disputar cada balón. En esta ocasión, la dejadez de Busquets pasó inadvertida porque los valencianos fallaron lo indecible. Umtiti de cabeza (51') y Parejo -de penalti- marcaron para completar el (2-1) favorable a los azulgrana.
Hubo de todo: emoción, arbitraje discutido, jugadores expulsados, y cuatro goles. El equipo castellonense fue muy superior al hispalense durante gran parte del encuentro. Y tuvo el partido ganado 0-2 hasta el minuto 68. Pero, después de pararle Asenjo un penalti a Nolito, el Sevilla echó mano del brío que hasta entonces le había faltado y acabó empatando. Gracias a ese ímpetu llegó el gol de Nolito y el golazo de Nzonzi. El Sevilla mostró debilidades físicas y sobre todo fallos lamentables en todas sus líneas. De ahí que hubo momentos en los que el Villarreal se hizo dueño del medio campo y agobió a los jugadores locales. Todo los críticos hablan y no acaban del acierto de Vincenzo Montella, entrenador del Sevilla, al convertir al extremo Jesús Navas en lateral. Algo natural y que, por lo tanto, ha ocurrido muchas veces en el fútbol. De cualquier manera, no es precisamente lo peor del jugador de Utrera el defender, ni mucho menos; lo peor, aunque parezca una contradicción, es que centra peor que cuando jugaba como delantero. Mucho habrá de cambiar el Sevilla si quiere tener opciones de ganar la Final de la Copa del Rey.
Barcelona-Valencia
El Valencia está compuesto por un grupo de futbolistas jóvenes cuyo juego es sumamente atractivo. Rodrigo, Guedes, Gayá, Carlos Soler, Santi Minas, Andreas Pereira..., protegidos por Dani Parejo y Kondogbia, tienen en el contraataque lo mejor de su repertorio. La pena es que hoy, habiendo jugado una primera parte excelente el equipo dirigido por Marcelino García Toral, Rodrigo y Guedes han fallado goles cantados. Amén de los que ha evitado ese gran portero que es Ter Stegen. Buen primer tiempo el jugado por el equipo che. Ni siquiera el tanto marcado por Suárez, tras un magnífico pase de Coutinho, a los 17 minutos, logró que decayeran ni el entusiasmo ni el buen juego de los visitantes. En el Barcelona, como casi siempre que los contrarios aprietan de lo lindo, Busquets se puso a deshojar margaritas. Más o menos como en el Estadio Olímpico de Roma. A mí me parece muy bien que el jugador nacido en Sabadell domine los tiempos y los espacios... Pero como mediocentro también necesita hacerse notar como defensor cuando los adversarios salen dispuestos a disputar cada balón. En esta ocasión, la dejadez de Busquets pasó inadvertida porque los valencianos fallaron lo indecible. Umtiti de cabeza (51') y Parejo -de penalti- marcaron para completar el (2-1) favorable a los azulgrana.
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