Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 16 de abril de 2018

La defensa de un amigo

Un amigo mío me dice que ha participado hoy en una comida en cuya sobremesa se ha hablado de fútbol y en la que ha salido a relucir mi nombre. Verás, Manolo, todo empezó cuando uno de los comensales dejo caer, como quien no quiere la cosa, que tú, con ese afán de destacar que has tenido siempre, eres el único que sigues escribiendo El Juventus y no La Juventus, como debe escribirse. Y no he tenido más remedio que reírme. Porque, precisamente, fuiste tú quien, un buen día, hablando sobre libros, me recomendaste El Dardo en la Palabra y El nuevo dardo en la palabra, del maestro Fernando Lázaro Carreter.   

Corría el año 2000, especifica mi amigo, y recuerdo que los compré y me los leí de un tirón. Poco tiempo después, creéme, releí los libros para recrearme en la suerte. Así que lo relacionado con escribir El Juventus y no la Juventus y El Roma y no La Roma me lo sabía de memoria. Como muchos otros dardos. Y, por tanto, pude citar brevemente: "Que los italianos feminicen esos nombres de equipos se debe a que subyace la concordancia con squadra. Un castellanohablante, sin conciencia de tal hecho, oyendo o leyendo La Juventus debe perder el norte. Pero su sorpresa acarrea admiración al informador, que eso es lo que a éste importa, no la digna propiedad de su lengua".

Indudablemente, sigue diciendo mi amigo, mis palabras sorprendieron a quien se acordó de ti porque es reconocido que no le caes bien. De hecho, tardó en abrir la boca un mundo. Y cuando lo hizo fue para decirnos que él no entiende los motivos que tú tienes para escribir de Isco con tanta acidez. Cuando sus paisanos estuvieron ayer a punto de llevarlo a hombros desde La Rosaleda hasta La Malagueta. Y yo que te conozco lo suficiente para arrogarme la facultad de responder por tí, no dudé en hacerlo.

-Mira, Ramón -que así se llama el muchacho que te tiene hincha-, Manolo lleva ya la tira de tiempo diciendo que el único sitio donde Isco rinde bien, o más que bien, a veces, no muchas, es de mediapunta y no yendo de un lado para otro con el fin de acaparar el balón. Es más, Isco estuvo muy mal frente a los italianos. Y debido a su deseo de hacerse omnipresente en el césped se quedó sin fuerzas media hora antes de terminar el partido. Permitiendo, además, que pjanic, el mediocentro organizador del equipo turinés, dirigiera, de manera placentera y admirable, a sus compañeros.

Aprovechando que Francisco, que así se llama mi amigo, dejó de hablar para tomarse el respiro conveniente, le di las gracias no sólo por la defensa que había hecho de mí, que también; sino por haber sido capaz de interpretar mis opiniones. Luego, me tomé la libertad de cerrar yo la conversación.

-Te cuento, Francisco: Isco jugó en Málaga frente a un equipo cuyos jugadores están deseando que acabe la temporada. Por lo tanto, lo que se jugó en La Rosaleda fue una auténtica pachanga. Hecha a la medida del malagueño y como homenaje de sus paisanos. Algo, que como dice Zidane, está muy bien. Pero esa versión de Isco ha de verse en el Allianz Arena. Donde todo será bien distinto. Muy distinto. Y ojalá que dé la talla el futbolista que la prensa desea convertir en el mito actual de nuestro fútbol.  







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