Decir que el Madrid mereció la victoria es verdad de perogrullo. Pero su dominio, gracias a su buen manejo de balón, no se tradujo en los goles necesarios para ganarle a un Atlético que sigue siendo una muralla casi inexpunable cuando sus jugadores deciden esperar agazapados en su propio campo, esperando que el rival se aburra o termine cometiendo errores de bulto que Griezmann, sobre todo, se encarga de castigar duramente. Bien marcando gol o sirviéndolo en bandeja a un compañero.
En esta ocasión, y nada más obtener Cristiano (52') el tanto de su equipo, llegó el empate (57') por medio del internacional francés. Fue un error de Ramos que debió salirle al encuentro en vez de quedarse haciendo la estatua un metro por delante del rival. Luego, como siempre, el capitan madridista trató por todos los medios de compensar su metedura de pata buscando el gol en la portería defendida por el inconmensurable Oblak.
Partido trepidante. Vivo y agitado por las innumerables acciones que se iban sucediendo. Casi todas, durante la primera media hora, por parte de un Madrid que combinaba perfectamente pero sin lograr batir a un Oblak que es capaz de parar un misil. ¡Menudo cancerbero! Es tan extraordinario como para que los contrarios caigan en el desánimo. Entre él y los dos errores cometidos por Estrada Fernández, que así se llama el árbitro del derbi que se hizo el sueco ante dos faltas dentro del área de los visitantes, impidieron que el Madrid obtuviera una victoria que mereció sobradamente.
Pero vayamos a la actuación de algunos jugadores. No me agradó, en esta ocasión, Marco Asensio. A quien hay que exigirle más que el estar sometido a hacerle coberturas y ayudas a Marcelo. El mallorquín es un grande de nuestro fútbol al que hay que pedirle actuaciones mejores. Sus acciones no deben consistir, única y exclusivamente, en recibir y tocar. Hoy ha cometido además ese error de desmarcarse sin ton ni son. Lo cual supone, en bastantes ocasiones, el irse de un sitio bueno a otro peor. Todo lo malo se aprende...
En lo tocante a Gareth Bale, siempre envuelto en noticias nada alentadoras para su futuro en el Madrid, conviene decir, una vez más, que rinde plenamente cuando juega por la banda izquierda. Pues con esa pierna sus centros son siempre letales para los adversarios. Y, desde luego, nadie le podrá negar que desde hace un tiempo viene luchando denodadamente para hacerse un hueco en el equipo.
En suma, que el empate le habrá sabido a gloria a Simeone. Sabedor de que es demasiado renta para la diferencia que hubo entre ambos equipos. Puesto que el Madrid fue dueño del balón durante muchos minutos del partido. Pero Oblak y Estrada Fernández pusieron de su parte para que el derbi terminara en tablas. Aun así, Madrid y Atlético jugaron un partido emocionante. Vibrante... De los que merecen la pena ver.
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