Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 29 de abril de 2018

Alberto Gallardo, la mentira y la piedra Blarney

Días atrás, caminando por la Avenida de Martínez Catena, me crucé con Alberto Gallardo. Con quien suelo hablar de tarde en tarde. Así que aprovechamos la ocasión para intercambiar impresiones relacionadas con la salud y asimismo de otras cuestiones acerca de las relaciones personales y de los compromisos que se contraen. Y se me ocurrió decirle que una de mis virtudes es la fidelidad, y esta fidelidad se manifiesta lo mismo en la amistad que en los acuerdos a los que llego con alguien. De otro lado, mantengo, muy netamente, una obstinada resistencia al gregarismo. Porque no entiendo que todos lleguemos el mismo día a hacer lo mismo y de la misma manera. También se me ocurrió darle las gracias a Alberto por haberme atendido en momentos en los cuales requerí su ayuda.

Me llama alguien de esta ciudad, con cargo importante, porque dice que lleva varios días sin verme por el centro de la ciudad, y tras agradecerle su interés por mí, nos ponemos a charlar. Y sale a relucir el problema de la mentira. Y yo le digo que hay verdaderos profesionales del engaño. Y que les importa un pito que se sepa. Así que seguirán mintiendo y engañando a cada paso hasta el fin de sus días.  No sé dónde -le digo yo a mi conocido-, tampoco es importante el recordarlo, leí yo algo  sobre la soledad del poderoso embustero. Del que todos desconfían y que de todos desconfía. Triste sino. Pues el engañoso -por sistema- termina pagándolo con la pérdida de identidad. Todo un drama. Sobre todo, si nos atenemos a las dificultades que entraña hacerse con una personalidad a edad temprana. Defenderla luego de los peligros acechantes, y conservarla indemne hasta el fin de nuestros días. 

Hago un alto en mi lectura diaria y, tras estar unos minutos en las musarañas, decido ver un rato de televisión. Y lo primero que me tropiezo en la Sexta Televisión es con una tertulia donde más que hablar los contertulios discuten de todo en general y de manera atropellada. Empleando, a veces, un lenguaje que en nada se parece al que todos conocemos por castellano o español. Y entonces me vino a la mente la siguiente historia. "A ocho kilómetros al noroeste de Cork se encuentra el pueblecito irlandés de Blarney. En lo alto de la muralla del castillo que allí existe, hay una piedra triangular -la "piedra Blarney"- con el nombre de su constructor y la fecha de su edificación. Cuenta la tradición que el que bese la piedra Blarney poseerá el don persuasivo de la elocuencia. Aunque no es fácil lograrlo, porque la única manera de alcanzar la piedra es colgándose cabeza abajo, de una forma muy difícil. Por eso, cuando alguien posee un "pico de oro" se dice que "ha besado la piedra Blarney". Y a los discursos se les llama blarney (labia)". Nota: la piedra es poliglota.


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