Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 5 de marzo de 2018

Razones por las que leo El diario As

A veces me preguntan si yo leo As o Marca. Y respondo que los dos diarios. Aunque preferentemente As. Y no tengo inconveniente en aducir argumentos para sostener mi predilección. Que son tres. Me agrada la opinión de Alfredo Relaño. En ocasiones, de verdad, no por lo que dice sino por cómo lo dice. Siempre acudo presuroso a empaparme de lo escrito en El tercer tiempo por Juan Cruz. A pesar de su barcelonismo acendrado. Y, desde luego, me encanta la defensa que hace de nuestro idioma Álex Grijelmo en Con La Lengua Fuera

Ayer, precisamente, estuve leyendo lo escrito por Álex Grijelmo acerca de cómo se ha puesto de moda acudir al inglés para comunicarnos, por ejemplo, que el club tal ha contratado a un "scouting manager". Cuya traducción sería "gerente de exploración". Y, entre otras cosas, AG nos dice que decir eso sería exponerse a ser tachado de pedante. Como no podía ser menos. Porque el "gerente de exploradores" sería mayormente el jefe de los ojeadores, el director deportivo, o el secretario técnico.

Pues bien, la palabra "ojeador" hizo posible que otro vocablo muy nuestro me reclamara su presencia en esta página. Se trata de veedor. Palabra que prevalece gracias al uso que de ella se sigue haciendo en el mundo del toro. Pese a que no está recogida con esta acepción ni en el María Moliner ni tampoco en el Diccionario esencial de la lengua española.

Pero fue acordarme de la palabra y traerme a la memoria el nombre de Miguel Criado Barragán -fallecido en agosto de 2003-, más conocido en el ambiente taurino como El Potra. Era éste una fuente inagotable de anécdotas y dichos geniales, así como un gran narrador de historias de la fiesta, debido a su gran experiencia de sus muchos años en el toreo en las más distintas actividades. La más conocida era, sin duda, la de veedor de toros para varias empresas. Y para una de ellas fue a buscar en su día una novillada a la finca de una ganadera en la sierra de Sevilla.

Daba vueltas y más vueltas a los utreros el octogenario Potra, y no veía manera de poder lidiarlos dos meses después, para cuando estaba anunciado el festejo, dada la falta de remate; es decir, de gallardía y buena planta de todos los animales. "Nada, que no valen", le decía el veedor una y otra vez a la ganadera, que también había pasado la edad madura. "Usted no se preocupe por eso, Miguel, que yo se la pongo gorda para cuando llegue la fecha, contestó la propietaria de la novillada. A lo que El Potra, con tanta sorna como resignación, le replicó: "Mire, ganadera, a mis años a mí ya no me la pone gorda ni la Claudia Schiffer".



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