Reconozco que no suelo callarme la boca cuando creo conveniente hablar de lo que me dé la real gana. Me consta que estoy incapacitado para decir lo que casi todo el mundo quiere oír cuando opino de fútbol. Pero tengo asumido que mis pareceres no tratan de llevarles la contraria a quienes pontifican con el fin de darse pote de exquisitos. Porque ellos también tienen todo el derecho de mundo a mostrarse como son.
Por ejemplo: entiendo que Jorge Valdano se haya pasado gran parte de La Liga Santander contándonos con placer los detalles exhibidos por Isco durante los muchos partidos jugados por éste en su equipo. Consistentes en fintas, regates, controles y demás habilidades del muchacho nacido en Arroyo de la Miel. Admiración desmedida que acabó siendo perjudicial.
Y fue así, desgraciadamente para el Madrid, porque Isco nunca cumplió con su cometido como mediapunta. Demarcación adecuada a sus condiciones y que le encomendó Zidane durante muchos encuentros. Pero el malagueño hizo caso omiso y decidió jugar a su libre albedrío. Yendo de un lado para otro y reclamando el balón a sus compañeros con el único deseo de hacerse notar mediante su repertorio futbolístico.
La forma de actuar de Isco desentonaba cada vez más en un equipo donde el balón debe llegarles a los delanteros cuanto antes y en las mejores condiciones. Consecuencia: el Madrid quedó muy pronto sin aspiraciones de ganar el título de la regularidad. Fue entonces cuando Valdano principió a decirnos que Isco no tendría que estar en misa y repicando. Que lo ideal era que se situara por detrás de Cristiano y Benzema. Y hasta reconoció que su condición física no era la adecuada para su forma de proceder en el campo.
A partir de esos comentarios, tan acertados, la plebe periodística exigió la titularidad de Marco Asensio y Lucas Vázquez por las bandas para no perder el centro del campo. Y, por encima de todo, para que velocidad y precisión primaran en la búsqueda del marco contrario. Pues bien, Lopetégui, que juega en la selección con cinco futbolistas en el centro del campo y, por si fueran pocos, con la ayuda, a veces, de un delantero centro falso o flotante, le permite a Isco desenvolverse como a él le salga de sus... adminículos. Y el malagueño ha hecho dos partidos excelentes.
Lo ocurrido ha servido para que los enemigos del Madrid aprovechen la ocasión para culpar a Zidane del nulo rendimiento de Isco en su equipo, mientras que alaban a Julen Lopetégui por haberlo encumbrado nuevamente. Así que director de El diario As ha tardado nada y menos en proclamar que le gusta la venganza que se ha tomado Isco sobre el fútbol y su lastimosa situación en el Real Madrid. La pena es que el director habla por boca de ganso; es decir, de Jorge Valdano.
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