Sobre el Levante-Madrid y un fichaje del Sevilla

El Madrid jugó frente al levante sin orden ni concierto. Tan desordenadamente lo hizo como para que su entrenador haya pasado de estar en la cresta de la ola a ser tenido como un entrenador de pacotilla. Desagradable situación la que está viviendo. Cuando hace nada era una bendición para el madridismo. Mi pregunta es si Zidane merece la desconfianza que suscita. La persona con la que converso al respecto, madridista fetén, no duda en decirme que no es para menos. Es decir, que está plenamente justificada la pérdida de confianza que gravita sobre él. Y añade: "ZZ ha venido cometiendo errores de bulto que se han ido soslayando. Pero lo ocurrido ayer en el Estadio Ciudad de Valencia es de todo punto inadmisible". 

Las declaraciones de Sergio Ramos como capitán del Madrid en la sala de prensa del estadio, nada más acabar el partido de ayer, son el mejor ejemplo de por qué esas entrevistas son contraproducentes. Y por tanto innecesarias. Ya que los entrevistados, salvo raras excepciones, dicen majaderías. En el caso de SR no deja de ser una insensatez que recomiende a sus compañeros que no se deben dejar espacios libres y sobre todo que es necesario jugar con experiencia cuando se va ganando. Y lo hace sin percatarse de que es el menos indicado para predicar un orden que él se suele pasar por la taleguilla. Más le valdría, dada su demarcación y sus galones de capitán, imponer disciplina espartana entre sus compañeros. Eso sí, siendo él un espejo en el cual mirarse.

Cuando se habla de los mejores mediocentros defensivos habidos en el fútbol es imposible no traer a colación a Makelele. Quien fue capaz de mantener el equilibrio entrelíneas de aquel Madrid en el cual jugaban Zidane, Ronaldo, Figo, Beckham, Guti, Raúl... El jugador francés asumió muy pronto todo lo relacionado con su misión en el equipo. Todo empezaba por trabajar a destajo en beneficio de los demás. Y en cuanto se apoderaba del balón pasarlo en las mejores condiciones al compañero que estuviera en mejor disposición para recibirlo y hacer un buen uso del esférico. Tarea titánica y muy poco agradecida por los aficionados que iban expresamente a ver las virguerías de las consideradas estrellas. Las cuales sí agradecían el sacrificio de Makelele. Casemiro emprendió ese buen camino para hacerse con un puesto en el equipo. Pero, una vez que ha logrado afincarse en él, parece que no se conforma con ser un gregario de lujo. Tremendo error que perjudica a su equipo y que a él le puede costar muy caro.

El Sevilla decidió fichar en el llamado mercado de invierno. Y uno de esos fichajes ha sido Roque Mesa. Jugador que destacó en la UD Las Palmas y que procede del Swansea City. Donde no ha jugado apenas nada. El futbolista canario pertenece a esa clase de jugadores que los entrenadores sitúan por delante de la defensa para que imiten a Busquets. Sin caer en la cuenta de que Busquets pertenece al Barcelona y está rodeado de extraordinarios futbolistas que aspiran a ganar todo lo que esté en juego. E incluso no se le discute ni cuando pierde balones en esa zona calificada como roja y en la cual se desenvuelve a gusto. La demarcación que ocupa Roque Mesa, como mediocentro distribuidor de balones y engranaje principal por el que pasa la responsabilidad de manejar el tiempo de juego, ofrece a los rivales la mejor referencia táctica para hacerle daño al club hispalense. Y mucho más si el jugador canario, porque para eso ha sido requerido, insiste en pedirle a Sergio Rico  el esférico al pie. Y además por sistema.