Reconozco que me echo a temblar cada vez que necesito recurrir a Telecinco para ver un partido de fútbol. Vamos, que me altera los nervios. Hasta el punto de que a veces prefiero cambiar de canal o ponerme a leer. Puesto que me desagrada prescindir del sonido. Y es así, porque Kiko Narváez sigue empecinado en construir todas sus frases con la palabra tema. Hace un año escribí al respecto. Kiko Narváez me recuerda a ese tío al cual uno recurre, una y otra vez, para que le solucione un asunto, y siempre responde así: "No te preocupes que yo me ocuparé de ese tema". El comentarista se ha ganado ya con creces el calificatitivo de jartible". Y lo malo del asunto es que voy a tener tema durante todo el Mundial de Rusia.
El Barcelona ha gastado mucho dinero en Dembélé y Coutinho. Dos jugadores que han llegado al club azulgrana precedidos de un historial brillantísimo. El primero apenas ha podido dar muestras de nada porque las lesiones se lo han impedido. El segundo está esperando que Ernesto Valverde logre situarlo en una demarcación desde la cual pueda demostrar que su fichaje ha sido un gran acierto. Aunque se ha descartado ya que el brasileño se mueva por el lado derecho -como lo hizo el día de su debut- Porque ese lado es el rincón de seguridad de Messi. Algo que dijimos fechas atrás. Ambas situaciones están inquietando a los esnobistas. Y, claro, han principiado a decir que ambos futbolistas han venido para mejorar la estética del Barça. Sin estética, en cambio, Suárez es parte fundamental de un equipo cuyo compás lo marca un argentino bajito. El cual habla por señas.
No es la primera vez que escribo sobre cómo los técnicos del Barcelona saben perfectamente que cualquier equipo grande ha de tener en su plantilla dos centrales diestros y otros dos que sean zurdos. Que es también lo que debe hacer, por tener donde elegir, el técnico de una selección -por ejemplo- cual la española. Ayer, si bien el Valencia no dio mucho trabajo a los defensas del Barça, en los momentos precisos se vio brillar a Umtiti. Por el simple hecho, que no es moco de pavo, de estar atento a los cruces con su pierna izquierda. Sin necesidad de mostrarse aparatoso en las anticipaciones y sacando el balón jugado desde atrás con limpieza. Pero hay más: cuando Umtiti estuvo lesionado, tuvimos la ocasión de ver a Vermaelen rendir a la misma altura. Quienes aconsejaron el fichaje de tales jugadores merecen plácemes. Sin duda.
Luis Soriano, exfubolista y amigo desde que tuvimos uso de razón, me preguntó no ha mucho quién me enseñó a mí de qué manera ha de comportarse un defensa diestro en la banda izquierda. Y le respondí a media vuelta de manivela: Pedro Gil. Jugador del Racing Portuense en la década de los cincuenta. Tuve la suerte de tenerlo como entrenador de juveniles. Y me explicó tan bien de qué manera había que afrontar esa dificultad que nunca olvidé la lección. Y, naturalmente, nunca dejé de impartirla. También le dije a mi amigo que Rieja (Zaragoza) y Sanchís (padre) habían sido los laterales que yo he visto jugar mejor a pierna cambiada. Y además le prometí que en cualquier momento le contaré cómo anulé yo de esa manera a Canario. Jugador brasileño. Fichado por el Madrid y que luego estuvo en el Sevilla.
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