Zinedine Zidane distribuyó a sus jugadores en el césped de El RCDE Stadium de manera que Isco Alarcón pudiera reverdecer sus lauros. Es decir, que volviera a encandilar a quienes lo encumbraron por haber jugado tres o cuatro partidos buenos y celebrados por sus aduladores como hazañas de un genio nunca jamás visto. En el descanso me llamó un amigo para decirme al respecto que así se las ponían a Fernando VII.
Mi respuesta fue la siguiente: no me tires de la lengua... Porque no deseo opinar mal, una vez más, del jugador nacido en Arroyo de la Miel. Así que espero y deseo que levante cabeza en la segunda mitad. Sobre todo porque ZZ ha hecho la alineación pensando en él. Colocándolo detrás de Bale para que como segundo delantero luciera sus habilidades en los pases y en los tiros a puerta desde la media distancia.
Pero Isco hace en el campo lo que le da la real gana. Y además se monta el espectáculo para su lucimiento personal. Pues a ver qué necesidad tenía de deambular por todos los sitios menos por el lugar que le correspondía. Dado que las bandas estaban cerradas por Asensio y Lucas Vázquez. Como mediocentros actuaban Llorente y Kovacic. Y detrás había una línea de cuatro.
La actuación del malagueño fue penosa. Así que fue contagiando al equipo hasta lograr que éste perdiera el oremus. Su cambio por Benzema (68') fue tardío. Dado que el equipo había perdido ya vitalidad, entusiasmo y precisión en los pases. Lucas Vázquez y Marco Asensio fueron los que más notaron el empecinamiento de Isco en querer estar en todas partes, acaparando el balón. Y lo peor del caso es que no logró asistir a Bale y que yo recuerde tiró una vez a puerta deficientemente y envió el balón, procedente de una falta, a la grada. Peor imposible.
Tampoco Sergio Ramos podrá sentirse satisfecho de su actuación. Al margen de que sus fallos en los marcajes se ven a la legua y que comete pifias en el área que son inconcebibles en un jugador de primera línea, hoy no sé si con el beneplácito de su entrenador o porque él lo ha creído conveniente, tomó la decisión de sumarse al ataque como un delantero más, cuando el Madrid ya jugaba con cuatro atacantes. Dos extremos y dos delanteros centros. Con el fin de meter un gol por las bravas para ser otra vez el jugador del partido. Semejante desatino lo aprovechó el Español para que Gerard Moreno obtuviera el tanto de su equipo en el minuto 92.
Al margen de lo ya reseñado, el Madrid jugó mal. Muy mal. Incluso Nacho estuvo peor que nunca. En relación con Achraf, parece mentira que siga siendo una nulidad centrando. Algo inadmisible en un jugador de la Liga Santander y sobre todo del Madrid. No hay nadie que le diga al chaval que hay que mirar el balón al golpearlo.
Ceballos y Borja Mayoral jugaron unos minutos.
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