Consultar con la almohada

Consultar con la almoda es reflexionar profundamente y con calma sobre un asunto, aprovechando la soledad y tranquilidad de las horas nocturnas. Es lo que, según me cuentan, viene haciendo Juan Vivas desde hace ya cierto tiempo acerca de si le merece la pena volver a presentarse como candidato a la alcaldía en las próximas elecciones.

Vivas sabe muy bien los beneficios que le reporta ser la primera autoridad de esta Ciudad. Y sobre todo es consciente de que mientras esté en condiciones de hacer favores no es probable que nadie se atreva a darle con la puerta en las narices. Por decirlo de manera liviana. Pero tampoco ignora que las mayorías absolutas han desaparecido y se imponen los pactos de gobiernos inestables. ¡Ahí está el busilis! Es decir, ahí le duele.

Nuestro alcalde ocupa el cargo desde el 2001. Así que lleva la friolera de 17 años siendo el mandamás en esta tierra. Y es bien sabido que toda persona que haya osado llevarle la contraria ha tenido que tragar quina. Lo que significa aguantar en silencio... Quien escribe sabe de qué habla. Pero ello, afortunadamente, no me ha causado ningún trastorno. Y hasta puedo permitirme el lujo de propalar que le sigo prefiriendo como alcalde a cualquier otro que no sea un tipo parecido a Juan Bravo. 

Si nuestro alcalde se siente cansado ya de dirigir los destinos de Ceuta. Y sobre todo si no se ve con fuerzas suficientes para gobernar en coalición con otros partidos, bien haría en ir pensando en alguien cuya imagen y sapiencia política fuera sumamente atractivas para lograr el éxito en las que pueden ser unas elecciones muy dificiles para el partido Popular de Ceuta. De no hacerlo, alguien podría tildarlo de desagradecido.

Cuando yo hablo de Juan Bravo Baena, con quien jamás he cruzado palabra alguna, lo hago porque militantes y simpatizantes del PP no cesan de decir que es la persona que actualmente reúne las mejores condiciones para sustituir a Juan Vivas si éste decide, al fin, retirarse de la política activa para hacer lo que le salga de sus adminículos. Lo cual no deja ser lógico y necesario.

Ahora bien, lo que no debe hacer nuestro alcalde es dejar que el tiempo se le eche encima y lo coja deshojando la margarita. Y se vea obligado, entonces, a tener que improvisar deprisa y corriendo. Vamos, atropelladamente, Situación absurda que redundaría, sin duda alguna, en contra del Partido Popular. Y sería, además de una deblacle para el partido, un fracaso para él.