El Madrid supera con creces la difícil prueba de Mestalla

El Madrid llegaba a Mestalla para afrontar uno de los partidos más difíciles de una temporada que le está resultando aciaga en juego y en resultados. El rival, en cambio, tras superar temporadas de crisis estaba disfrutando de merecidos elogios por su extraordinaria campaña en la Liga y por ser semifinalista en la Copa. Un logro de Marcelino, su entrenador, capaz de convertir en un decir a un conjunto perdedor en otro ambicioso y sabiendo a lo que juega.

Pero el Valencia se topó en la primera parte con un Madrid que nada tenía que ver con ese equipo donde hay jugadores que están siempre mirándose el ombligo. Futbolistas que influyen negativamente en la manera de jugar de un equipo que siempre se ha distinguido por buscar el marco contrario por el camino más corto con velocidad y precisión en sus acciones. Así, moviendo el balón con celeridad el Valencia anduvo a la deriva durante la primera parte.

Kroos, Casemiro y Modric impusieron su ley ante Parejo y Kondogbia durante muchos minutos. Mientras que Nacho y Varane ataban en corto a sus dos delanteros: Santi Mina y Rodrigo. Todo ello sin que ni Cristiano ni Benzema echaran una mano a la hora de defender. Fue Bale quien se tomó a pecho esa necesidad y por tanto fue acusando el cansancio y, naturalmente, lució menos en ataque. De lo cual se aprovechó también Carvajal.

Aun así, es decir, sin llegar a la perfección, el equipo merengue se adelantó en el marcador en dos ocasiones. Minutos 15 y 37. Gracias a dos penaltis -que lo fueron- transformados en goles por Cristiano Ronaldo. El Valencia tuvo sus oportunidades... Pero Keylor Navas las desbarató. A pesar de tan suculenta ventaja se veía a la legua que el Madrid empezaba a dar muestras de cansancio. Casemiro perdió el dominio de su parcela y arrastró con él a Kroos y a Modric. Lo que unido al poco afán defensivo de Cristiano y Benzema dejaron dudas sobre si los de ZZ podrían contener en la segunda parte al equipo valenciano.

El desfondamiento físico del Madrid nada más comenzar la segunda parte, y los cambios de Marcelino, le sirvieron al Valencia para hacerse dueño del medio campo. Y a partir de ahí el balón no dejó de rondar con peligro la portería de Navas. Lo cual permitió comprobar, una vez más, cómo Nacho aporta mucho más beneficios que el capitán coraje. Quien cuando no está suspendido está convaleciendo de alguna lesión. De la cual se recuperá dos días antes de que llegue el París Saint Germain al Bernabeú. Menos mal que Sergio Ramos ayuda lo indecible haciendo carantoñas a Cristiano para que éste supere sus amagos depresivos.

El gol de Santi Mina al cabecear un saque de esquina, debido a un fallo generalizado de todos los defensores, llegó en el minuto 58. Y los jugadores Che creyeron que podrían darle la vuelta al marcador. Y a fe que el Madrid estuvo a merced del juego de Parejo hasta que Zidane recurrió a Lucas Vázquez y a Marco Asensio. Mientras que Bale y Benzema se iban al banquillo. Fue entonces cuando surgió la jugada entre Marco Asensio y Marcelo. Terminada en gol por el brasileño. Poco tiempo después, tras el susto pasado por el Madrid y con el segundo aliento recuperado, Kroos marcó el cuarto tanto.

En fin, victoria extraordinaria del Madrid en un campo complicado. Mediante su juego de contraaque en la primera mitad. Basado en mover el balón con velocidad y sin adornarse sus jugadores con arabescos y por supuesto renunciando a ese fútbol enjuto, de pasecito cortos y horizontales, y que sólo sirve para alimentar el ego de quienes están convencidos de ser exquisitos hasta cuando estornudan. Ahora bien, durante muchos minutos de la segunda parte el bajón físico del Madrid fue alarmante. Menos mal que el Valencia también acusó el cansancio. Pero los valencianos pueden alegar que se dejaron media vida frente al Alavés, hace nada y menos.