El Madrid se ha metido en un berenjenal

Querer no es siempre poder. Lo diga quien lo diga. Para que comprendan bien cuál es la situación, he aquí un botón de muestra: el Madrid ha querido más que nunca en lo que va de temporada y ha sido derrotado por el Villarreal cuando el partido estaba dando las boqueadas. Lo cual no invita, ni mucho menos, a que se hable de injusticia de ningún tipo. Simple y llanamente, conviene reconocer que el equipo dirigido por Zidane no funciona en ninguna de sus líneas. 

Lo cual nos permite echar mano de esa expresión tan manida: la crisis madridista ha tocado fondo. Es decir, que ha llegado a su punto más bajo; tras lo cual cabe esperar, pues la fe es lo último que se pierde, que inicie la recuperación cuanto antes. Al menos para que dé la talla en la Copa del Rey y en la eliminatoria con el París Saint-Germain. Y los madridistas se darían con un canto.

Pero los problemas del Madrid, que han ido germinando cuando se sucedían los triunfos, han llegado ya a su máxima expresión. Y hoy, aunque  ninguno de sus futbolistas haya escatimado esfuerzo alguno, se han vuelto a manifestar en el terreno de juego. El centro del campo del equipo castellonense ha sabido controlar el encuentro y hasta se ha permitido contraatacar cuando las fuerzas de su rival flaqueaban.

Triguero, Fornals, Rodri y Castillejo han ayudado a sus compañeros de la zaga, sin renunciar a buscar la portería de Keylor Navas en cuanto se hacían con el balón. Lo lamentable es que Rodri se haya permitido actuar por delante de sus centrales y desde esa posición haya ordenado el juego de su equipo con licencia para no ser molestado.

El Madrid, mientras tanto, dado que carecía de un segundo delantero capaz de surtir de balones a Cristiano y a Bale -mal situado el galés-, se limitaba a centrar balones por parte de sus laterales y a que tanto Kroos como Modrid buscaran con ahínco el disparo desde la media distancia. Balones que unas veces iban lejos de la portería y en otras se encargaba Asenjo de parar. A ver si es posible que Zidane se entere de que Bale necesita espacios libres y venir en carrera desde atrás.  

Calleja, entrenador del Villarreal, acertó plenamente al meter en el campo a Cheryshev en lugar de Raba. El exmadridista, con su velocidad y su enorme experiencia, fue trabajando la debilidad defensiva de un Carvajal que acusaba ya el cansancio generalizado que se había apoderado de todo el conjunto merengue. Y formó parte de varios contrataques que pudieron ser mortales para los madridistas. En uno de ellos logró Fornals el tanto de la victoria de su equipo.

En tanto que Zidane recurrió a los cambios tarde, como es habitual en él. Los hizo cuando apenas quedaban veinte minutos para el final. Escaso tiempo para que tanto Marco Asensio como Lucas Vázquez, teniendo además en contra el clima -tarde fría y lluviosa- y los nervios por el resultado, apenas tuvieran tiempo para entrar en juego a fondo. En fin, que el Madrid se ha metido en un auténtico berenjenal. Y lo peor del caso es que a estas alturas Zidane debe estar hecho un lío. Así es el fútbol.