A los veintidós minutos perdía el Madrid tras marcar Adrián y sin embargo se veía a la legua que eso no iba a hacer mella alguna en sus jugadores. Que el conjunto madridista tardaría nada y menos en someter al Deportivo. No obstante, los comentaristas de la televisión ya nos anunciaban que se echaba de menos el juego interior de Isco. Lo cual no dejaba de ser un parecer tan respetable como lo fue mi respuesta: el esteta de Valdano, por ejemplo, está cada día más convencido de que Isco no hay más que uno y por tanto debe jugar todos los días y fiestas de guardar.
No obstante, sin el malagueño en el césped, Zidane decidió distribuir a sus futbolista en un 4-3-3 con deseos evidentes de llegar al marco de Rubén cuanto antes mejor. Sin importarle la superioridad númerica de los gallegos en la zona central del campo. Eso sí, Modric y Kroos jugaron en todo momento moviendo el balón con celeridad y casi siempre insistiendo por las bandas donde Bale y Cristiano mostraban tantas ganas como deseos de marcar goles. Mientras la voluntad de Mayoral desentonaba.
En esta ocasión, Casemiro supo domeñar sus deseos de estar en misa y repicando (forma de proceder que tanto mal le ha causado al equipo y a él, últimamente). Y se dedicó a hacer lo que mejor sabe y para lo que está más capacitado: ser ese escudo de la defensa disciplinado y cobertura indispensable para sus compañeros del centro del campo y asimismo para sus laterales. Por cierto, Carvajal y Marcelo fueron atacantes muy válidos pero no por sistema. Cuando se alocaron, ya con un resultado abultado, el Coruña pudo marcar varias veces.
En suma, el 4-3-3, dibujo tan denostado tantas y tantas veces, debido a la poca generosidad en el repliegue que habían venido manteniendo Cristiano Y Bale, ha salido airoso ante el Deportivo porque el balón nunca ha estado transitando por el centro del campo mediante pasecitos cortos y horizontales. Ni tampoco le ha dado a nadie por tocar y tocar la pelota, más de lo debido, sin mirar hacia adelante. Lo cual no quiere decir que no sea necesario, ni mucho menos, que los tres delanteros del Madrid deban ayudar a los centrocampistas. Y que uno de ellos sea, cuando el partido lo requiera, un mediapunta.
Vayamos al grano: Bale ha estado sensacional. Y sus dos goles son para enmarcarlos. El primero fue de una gran belleza. He aquí a un futbolista que ha sido criticado acerbamente por los que se consideran inventores del deporte rey. Muchas han sido las veces que uno ha deseado que las lesiones respeten al jugador galés. Un tipo que ha permanecido callado hasta cuando lo trataban como a un cualquiera.
Y, desde luego, sería una injusticia no dedicarle siquiera un párrafo a Nacho. ¿Cómo es posible que sea capaz de actuar como central en el lado izquierdo, siendo diestro, y encima juegue con tanta solvencia? Empató el partido y fue uno de los mejores de su equipo. Y, por si fuera poco, volvió a enviar otro balón al fondo de la portería defendida por Rubén. Nacho no necesita hacerse el artículo ni nadando entre tiburones ni mucho menos viajando a Méjico para visitar sus monumentos. También Cristiano, a pesar del momento tan gris que atraviesa en el club, ha evidenciado que su proceder en el césped es irreprochable.
Los goles del Madrid fueron logrados por Nacho 2, Bale 2, Cristiano Ronaldo 2 y uno Modric.
Cambios. Benzema entró por Mayoral, Kovacic por Modric y Bale dejó su sitio a Lucas Vázquez.
En esta ocasión, Casemiro supo domeñar sus deseos de estar en misa y repicando (forma de proceder que tanto mal le ha causado al equipo y a él, últimamente). Y se dedicó a hacer lo que mejor sabe y para lo que está más capacitado: ser ese escudo de la defensa disciplinado y cobertura indispensable para sus compañeros del centro del campo y asimismo para sus laterales. Por cierto, Carvajal y Marcelo fueron atacantes muy válidos pero no por sistema. Cuando se alocaron, ya con un resultado abultado, el Coruña pudo marcar varias veces.
En suma, el 4-3-3, dibujo tan denostado tantas y tantas veces, debido a la poca generosidad en el repliegue que habían venido manteniendo Cristiano Y Bale, ha salido airoso ante el Deportivo porque el balón nunca ha estado transitando por el centro del campo mediante pasecitos cortos y horizontales. Ni tampoco le ha dado a nadie por tocar y tocar la pelota, más de lo debido, sin mirar hacia adelante. Lo cual no quiere decir que no sea necesario, ni mucho menos, que los tres delanteros del Madrid deban ayudar a los centrocampistas. Y que uno de ellos sea, cuando el partido lo requiera, un mediapunta.
Vayamos al grano: Bale ha estado sensacional. Y sus dos goles son para enmarcarlos. El primero fue de una gran belleza. He aquí a un futbolista que ha sido criticado acerbamente por los que se consideran inventores del deporte rey. Muchas han sido las veces que uno ha deseado que las lesiones respeten al jugador galés. Un tipo que ha permanecido callado hasta cuando lo trataban como a un cualquiera.
Y, desde luego, sería una injusticia no dedicarle siquiera un párrafo a Nacho. ¿Cómo es posible que sea capaz de actuar como central en el lado izquierdo, siendo diestro, y encima juegue con tanta solvencia? Empató el partido y fue uno de los mejores de su equipo. Y, por si fuera poco, volvió a enviar otro balón al fondo de la portería defendida por Rubén. Nacho no necesita hacerse el artículo ni nadando entre tiburones ni mucho menos viajando a Méjico para visitar sus monumentos. También Cristiano, a pesar del momento tan gris que atraviesa en el club, ha evidenciado que su proceder en el césped es irreprochable.
Los goles del Madrid fueron logrados por Nacho 2, Bale 2, Cristiano Ronaldo 2 y uno Modric.
Cambios. Benzema entró por Mayoral, Kovacic por Modric y Bale dejó su sitio a Lucas Vázquez.
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