El candidato Vivas

Juan Bravo, diputado por Ceuta en el Congreso, ha manifestado recientemente que Juan Vivas será otra vez candidato a la alcaldía si así lo cree conveniente. Lo cual se desea tanto en el PP de Ceuta como en el de Madrid. Las palabras del parlamentario han propiciado ya que se hable de unas elecciones que están a la vuelta de la esquina.

De quien así se ha expresado se dice que tampoco descarta que Vivas pudiera estar cansado de tantísimo trajinar político y tomara la decisión de enclaustrarse en Marbella hasta el fin de sus días. Dado que la vida es muy corta y nuestro alcalde lleva ya mucho tiempo sufriendo en sus carnes esa carga tan pesada que es ser la primera autoridad de su Ceuta marinera.

En tal caso, esto es, si Vivas tomara la sabia decisión de pasarse el resto de su vida tumbado a la bartola en la Costa del Sol, haciendo uso y abuso del ocio tan recomendado por los griegos desde los tiempos de Maricastaña, nadie se extrañaría que el congresista Bravo viera el cielo abierto para postularse como candidato a la alcaldía. Aun sabiendo éste que antes tendría que batirse a primera sangre con Yolanda Bel. Cuya obsesión por ser alcaldesa es de sobra conocida.

Las palabras de JB han valido para que los muchos pelotas que tiene Juan Vivas a su alrededor -como cualquier dirigente- hayan comenzado a decirle al oído que no se debe ir bajo ningún concepto. Que hay retos que solamente él puede afrontarlos. Que sigue siendo el político más querido y admirado. Que haría muy bien en hacer sufrir a sus detractores y a los enemigos de su partido.

Los pelotas, que yo los he visto, están siempre dispuestos a hacerse los importantes con el móvil pegado a la oreja como si estuvieran resolviendo el problema de la frontera... Tampoco faltan los que se dedican a preguntar por doquier acerca de la vida que llevan las personas que no aceptan la condición de paniaguados. Y, desde luego, caminan por la calle con aires de hijodalgo

En suma, a ver si es verdad que un día nos enteramos de que un asesor ha tenido el suficiente valor para asumir el riesgo de decirle al oído lo siguiente: "Alcalde, recuerda que eres mortal". Algo que no creo que se produzca. Tal vez por miedo a que Vivas decida irse a Marbella para disfrutar de la vida... y si es posible a lo loco. Y el asesor, claro está, se quedaría sin vivir del cuento.