La primera parte del Madrid-Gremio fue soporífera. Dominaba el Madrid con un fútbol previsible, de pasecitos cortos y haciendo circular el balón a ritmo de tren carreta. Tan popular en los años cuarenta. Enfrente estaba un Gremio que infundía algo de respeto por ser un equipo brasileño y no por su potencial.
Menos mal que Modric y Kroos dominaron la parcela central y hasta decidieron tirar a gol desde la media distancia. También Varane evidenciaba que está en buen momento de juego. Lo que le permitió ayudar a sus compañeros sumándose al ataque por sorpresa y nunca por sistema. Acción que debería complementar Casemiro dando un paso atrás. Y no alocarse cada vez más.
Mediante ese fútbol de balón al pie sin solución de continuidad ni Cristiano ni Benzema recibían el esférico al espacio libre. Así que eran presas fáciles de sus marcadores. Quienes además les avisaron desde el principio que las guerras no se ganan tirando peladillas. De modo que la primera entrada de un defensa del Gremio a Cristiano fue para atizarle en la tibia.
Lo que si se puso de manifiesto es algo que debería tener en cuenta Zidane: tanto Modric como Kroos están más que capacitados para jugar en la demarcación de mediapunta. Cualquiera de ellos podría jugar muy cerca de los delanteros. Son precisos en sus pases y tienen el disparo a puerta metido entre ceja y ceja. Y es que el Madrid sigue jugando sin un hombre capaz de enlazar con Cristiano y Benzema o cualquier otro que ocupe esa posición avanzada.
La segunda parte comenzó de la misma manera. Con un fútbol enjuto e inoperante: la cabriola de turno, el regate en corto, el pasecito horizontal, la triangulación en el centro del terreno que no conducía a ningún sitio... Pero de pronto ocurrió lo siguiente: Ramos entró sin tino a un rival y le hizo penalti. El árbitro, mejicano él, se hizo el sueco... Y la pelota la recibió Cristiano que fue derribado. Falta y golazo del portugués.
Nos dijeron los comentaristas que Isco ha corrido tanto desde que empezó la temporada que está pidiendo a gritos recuperarse. Y es que ya no saben qué contarnos para defender la honra futbolística del muchacho nacido en Arroyo de la Miel. Si yo fuera Marco Asensio o Dani Ceballos estaría ya pidiéndole la liquidación a Florentino Pérez.
Consiguió el Madrid otro título. ¡Albricias! Pero volvió a sembrar muchas dudas con la colocación de sus jugadores en el césped. Y sobre todo con la lentitud de sus acciones. La plantilla del Madrid sigue siendo extraordinaria. Y podría ser muchísimo mejor equipo colocando a las mejores piezas en los sitios adecuados. Para que haya velocidad de hombre y balón.
Cambios: Lucas Vázquez sustituyó a Isco en el 71' y Benzema le dejó su sitio a Bale en el 80'.
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