Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 2 de diciembre de 2017

Barcelona-Celta y Athletic-Madrid

Actualmente, por no decir desde hace ya bastante tiempo, el Barcelona permanece en la cresta de la ola del fútbol porque cuenta con un prodigioso futbolista llamado Lionel Messi. Sin él, y es algo que uno puede decirlo a boca llena, el equipo azulgrana sería simple y llanamente un buen equipo. Lo cual no le hubiera bastado para haber obtenido tanto títulos y... los que están por llegar si la estrella argentina es respetada por las lesiones.

De no haber estado Messi frente al Celta, no tengo la menor duda de que los gallegos habrían ganado el partido con claridad meridiana. En principio, porque la presencia de Lionel cunde desazón entre sus rivales. Desasosiego que les lleva a fallar clamorasamente por ese miedo cerval que les causa su presencia. A pesar de lo dicho, que no es moco de pavo, el Celta, gracias al buen oficio de sus futbolistas y a la calidad y entrega de Iago Aspas, ha conseguido empatar el partido con todo merecimiento.

Ernesto Valverde es un entrenador que no tiene un pelo de tonto, que está sobrado de valor y cuya educación, además, le permite tomar decisiones sin dar la nota. Él sabe mejor que nadie que Iniesta no está ya para muchos trotes. Y no duda, cuando las cosas se ponen feas, en recurrir a Deni Suárez. Relevo que se viene produciendo habitualmente y con buenos resultados. Aunque en esta ocasión parece ser que Iniesta tenía unas molestias. En cambio, aún no se ha atrevido con Sergio Busquets. Quien, una vez más, ha vuelto a pegar un petardo. Al mostrarse incapaz de  hacer de escudo de su defensa en los contraaques de los celtiñas.

Del Barcelona merecen distinción Ter Stegen. Cancerbero prodigioso. Cuyas paradas no sólo sirven de capa para tapar los fallos de Piqué y, cómo no, de Busquets, cuando los contrarios tocan a rebato, sino que le confiere a su equipo un halo de distinción acorde con su prestigio. Alba, lateral extraordinario y que está en un gran momento de juego, carece, sin embargo, de algo que se llama tener maneras. Cierto es que nadie es perfecto. El empate del Celta en el Camp Nou, con goles de Aspa y Maxi Gómez, y de Messi y Suárez por parte de los locales, fue justo

Athletic-Madrid

Mentiría si no dijera que  yo no he visto jamás un equipo del Athletic tan malo ni tampoco un Madrid tan incapacitado en todas sus líneas y que ha terminado dando una imagen desastrosa en San Mamés. Los bilbaínos, al menos, sabían a lo que jugaban: tratar por todos los medios de buscarle las espaldas a Marcelo con De Marcos y Williams. Y aprovecharse de las deficiencias de Ramos con Aduriz y Raúl Garcia. Ambos tan toscos, voluntariosos, provocadores..., como cada vez más faltos de juego y de ideas. Frente a un equipo tan venido a menos como el Athletic el Madrid causó una penosa impresión. Definitivamente, Zidane ha perdido el norte y el equipo el oremus.

Sigo sin entender, y perdonen mi redoble de tambor, que un jugador que en el minuto 30 de la segunda parte había perdido 14 balones fuera sustituido en el 80. Cuando apenas quedaba tiempo para que su relevo Kovacic pudiera enmendarle la plana a Isco Alarcón. Qué razón tiene Clemente al responderle a un periodista que le había preguntado si el malagueño sería la figura de La Roja en Rusia. Y Clemente, que no tiene pelos en la lengua, se expresó así: Isco a lo mejor no está ni en la lista de convocados en el mes de junio. Cualquiera sabé cómo terminará la temporada...

Pero hay más:  no sé por qué razón Sergio Ramos tenía que jugar en San Mamés con una careta. Qué necesidad había de hacerle jugar en esas condiciones. Mermado físicamente y queriendo demostrar que es el Guerrero del Antifaz. No hizo más que caer en la trampa que le tendieron tanto Aduriz cual Raúl García.  Y, claro es, fue expulsado cuando más necesitaba  su equipo actuar con once. Los jugadores del Madrid no saben a qué juegan. Cada cual hace la guerra por su cuenta. Y su fútbol se ha convertido en una especie de Fútbol Sala. Pero malo de solemnidad.

Zidane está hecho un lío. Sus alineaciones son erróneas. No es capaz de formar un equipo capaz de mantener el orden y donde sus componentes sepan a qué han de jugar. Toda la estrategia del equipo está basada en que Marcelo ataque por sistema y que Isco trote de un  lado a otro para hacerse notar. Su actuación de hoy es para  decirles a los niños cómo no han de jugar de volante. Que me explique alguien cómo es posible que un centrocampista que no tira ni una vez a gol y que pierde 14 balones puede estar jugando 80 minutos. Y nada menos que en el Madrid. Habrá que preguntárselo a Clemente.

 


 


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