Es la primera vez que publico esta anécdota acontecida en la temporada 80-81. Era yo entrenador del Portuense y Ramón Blanco formaba parte de la plantilla. El jugador argentino había pertenecido al Mallorca, Cádiz y Portuense. Luego fue entrenador. RB, desgraciadamente, murió hace unos años.
He aquí el relato breve: partido Portuense-Mérida. Tarde soleada que afectaba a mi visibilidad de cuanto sucedía en la banda opuesta a la que yo estaba y por la cual se desenvolvía Ramón. Llegado el descanso, me dirigí a él con el fin de corregir algunas acciones suyas que no me agradaron. Tras escucharme atentamente, y debido a nuestras buenas relaciones, el jugador argentino me recomendó que visitara cuanto antes al oftalmólogo.
Todos los jugadores esperaban, dado mi carácter, una contestación subida de tono. Pero, tal vez porque el resultado nos favorecía, mi respuesta fue tan breve cual afortunada. Eso sí, al día siguiente me fui a una óptica y me recomendaron una gafas graduadas de sol. Unas Carrera que aún conservo. Pues bien, válgame tan largo introito para recomendarle al señor Relaño -director del diario As- que mire los partidos del Madrid con lentes de aumento.
De no ser así, no verá nunca cómo su admirado Iscon Alarcón descompone a su equipo cuando abandona su posición de mediapunta y decide recorrerse todo el campo pidiendo el balón para montar su espectáculo particular lejos del marco contrario. De esa manera, entre tanto tocar la pelota y recrearse en sus arabescos, permite que los rivales vayan atrincherándose en campo propio. No dejando resquicio alguno para los atacantes y acabando, por tanto, con los ataques sorpresivos.
También se dará cuenta don Alfredo, si me hace caso, del tremendo error que viene cometiendo Zidane al juntar a Isco con Marcelo en la banda izquierda. Un error que, por contumaz, merece reproches mil. A cualquier entrenador que no tuviera ni el historial futbolístico del francés, ni su encanto, ni los títulos tan prestigiosos como seguidos que ha logrado, se le habría ya tachado de todo y nada bueno.
¿Cómo es posible señor Relaño que usted nos diga que lo único bueno del Madrid son los adornos incontrolados de Marcelo y el arte de Isco? Cuando por esa banda sufre el equipo de ZZ el acoso de todos los rivales. Amén de causar un auténtico desbarajuste en todas las líneas propias. Un despropósito que podría explicarle ampliamente en un encerado y con la tiza adecuada. Sin necesidad de tener que recurrir a vídeos preparados al respecto.
Mentiría si no le dijera que Isco es un buen jugador al que hay que asignarle un espacio donde pueda desarrollar su juego razonable con algunos brotes de imaginación. Y ese sitio se halla cerca de sus delanteros. Y no lejos de ellos. Por razones ya explicadas. En cuanto a Marcelo, qué bien le vendría contar con un compañero que aunara técnica, velocidad y sentido de sacrificio, actuando por delante de él. Ambos formarían un pasillo de seguridad del cual hace muchísimo tiempo carece ese costado.
Sí, ya sé que alguien podría decirme que el señor Relaño está en su perfecto derecho de opinar sobre lo que crea conveniente. Y no le faltaría razón. Pero también hay que tener en cuenta que emite su parecer en un periódico de tirada nacional. Y se le nota a la legua que su apasionamiento por Isco lo predispone a hacer proselitismo del asunto. Lo que unido a las críticas severas, antes a James, y ahora a Kroos e incluso a Modric, invitan a pensar en...
En fin, a mí no se me ocurriría jamás darle lecciones de cómo se dirige un periódico al señor Relaño. Maestro de maestros en ese menester. Incluso lo premiaría como documentalista extraordinario en cuestiones deportivas y sobre todo futbolísticas. Mas como opinante del llamado deporte rey, créanme, no da la talla. Es más, no creo que sus pareceres mejoren aunque me haga caso y se ponga a mirar los partidos del Madrid con lentes de aumento.
De no ser así, no verá nunca cómo su admirado Iscon Alarcón descompone a su equipo cuando abandona su posición de mediapunta y decide recorrerse todo el campo pidiendo el balón para montar su espectáculo particular lejos del marco contrario. De esa manera, entre tanto tocar la pelota y recrearse en sus arabescos, permite que los rivales vayan atrincherándose en campo propio. No dejando resquicio alguno para los atacantes y acabando, por tanto, con los ataques sorpresivos.
También se dará cuenta don Alfredo, si me hace caso, del tremendo error que viene cometiendo Zidane al juntar a Isco con Marcelo en la banda izquierda. Un error que, por contumaz, merece reproches mil. A cualquier entrenador que no tuviera ni el historial futbolístico del francés, ni su encanto, ni los títulos tan prestigiosos como seguidos que ha logrado, se le habría ya tachado de todo y nada bueno.
¿Cómo es posible señor Relaño que usted nos diga que lo único bueno del Madrid son los adornos incontrolados de Marcelo y el arte de Isco? Cuando por esa banda sufre el equipo de ZZ el acoso de todos los rivales. Amén de causar un auténtico desbarajuste en todas las líneas propias. Un despropósito que podría explicarle ampliamente en un encerado y con la tiza adecuada. Sin necesidad de tener que recurrir a vídeos preparados al respecto.
Mentiría si no le dijera que Isco es un buen jugador al que hay que asignarle un espacio donde pueda desarrollar su juego razonable con algunos brotes de imaginación. Y ese sitio se halla cerca de sus delanteros. Y no lejos de ellos. Por razones ya explicadas. En cuanto a Marcelo, qué bien le vendría contar con un compañero que aunara técnica, velocidad y sentido de sacrificio, actuando por delante de él. Ambos formarían un pasillo de seguridad del cual hace muchísimo tiempo carece ese costado.
Sí, ya sé que alguien podría decirme que el señor Relaño está en su perfecto derecho de opinar sobre lo que crea conveniente. Y no le faltaría razón. Pero también hay que tener en cuenta que emite su parecer en un periódico de tirada nacional. Y se le nota a la legua que su apasionamiento por Isco lo predispone a hacer proselitismo del asunto. Lo que unido a las críticas severas, antes a James, y ahora a Kroos e incluso a Modric, invitan a pensar en...
En fin, a mí no se me ocurriría jamás darle lecciones de cómo se dirige un periódico al señor Relaño. Maestro de maestros en ese menester. Incluso lo premiaría como documentalista extraordinario en cuestiones deportivas y sobre todo futbolísticas. Mas como opinante del llamado deporte rey, créanme, no da la talla. Es más, no creo que sus pareceres mejoren aunque me haga caso y se ponga a mirar los partidos del Madrid con lentes de aumento.
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