He visto en mi teléfono una llamada tuya y aquí estoy dispuesta a charlar contigo. Ah, si no te atendí en su momento fue porque he estado muy liada durantes los últimos días. Te explico, Manolo, mi hermana, algunos años mayor que yo, está a punto de separarse de su marido y he estado mediando entre ambos para que la ruptura no se produzca.
-¿Cómo es tu hermana?
Una tía que llama la atención. Verla andar es un lujo para la vista de hombres y mujeres. Camina toda telenda. Y cuando irrumpe en cualquier sitio todas las miradas convergen en ella. Cierto es que mi cuñado, la verdad sea dicha, tiene un aquel. Pero...
-¿Me puedes explicar qué significado tiene ese pero adversativo?
Por supuesto. Mi hermana, desde que tuvo a su segundo hijo, de lo cual hace tres años, se convirtió en una mujer fastidiosa. Insoportablemente fastidiosa. Se le agrió el carácter. Y su marido pensó que semejante actitud sería un desequilibrio pasajero. Pero ella sigue protestando por todo. Y, claro, mi cuñado decidió un día pasar más tiempo del debido en la calle para no tener que soportarla.
-Una mala decisión. ¿No lo crees así, Beatriz?
Tal vez. Ya que ella, amén de seguir poniendo el grito en el cielo a cada paso, está ahora convencida de que él es un canalla que se la está pegando con otra. Y no hay día en el cual las discusiones no acaben convirtiéndose en bronca y en todo un espectáculo lamentable que no les conviene a ninguno. Máxime cuando la niña ya tiene edad para comprender y sufrir.
-¿Cuál es tu opinión acerca de tu hermana?
Me lo pones muy difícil, Manolo... Pero la verdad no tiene más que un camino: mi hermana se está comportando como una de esas mujeres que se creen "perfectas" y que se toman por santas y hacen vivir a sus hombres en el infierno en nombre de su perfección. Yo le he dicho a mi hermana que "la unica manera de que una mujer logre reformar a un hombre es aburriéndole tanto que él acabe perdiendo todo el interés por la vida".
La voz de Beatriz me aconseja no seguir conversando. Aunque ella insiste en hablar del asunto. Y pronostica lo siguiente: mucho me temo que mi cuñado le haya cogido el gusto a las actividades extrafamiliares y hasta tenga decidido largarse de la casa alegando que desea conocer algunos años la paz antes de irse para el sitio de donde nunca se vuelve.
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