El Juego del Madrid produce bostezos

Hacía mucho tiempo que yo no bostezaba tanto viendo un partido de fútbol. Y es algo que han logrado tanto el Madrid como el Eibar. Al equipo guipuzcoano se le puede perdonar que su juego -sobre todo el exhibido esta noche en el Bernabéu- dé somnolencia. Pues su permanencia en la categoría, con tan pocos medios, ya merece plácemes. Pero lo del Madrid no tiene nombre. Su futbol es tan ramplón que también propicia amodorramiento, adormecimiento, atontamiento...

Al termino de la primera parte, yo me preguntaba cómo había sido posible que el Madrid teniendo  cinco jugadores en el medio campo, todos ellos de categoría indiscutible, no hubiera podido dominar con suficiente holgura esa parcela central del terreno de juego. Marco Asensio por un costado e Isco por el otro, Dani Ceballos y Modric en el centro del centro de la zona, y a escasa distancia Casemiro, como escudo de la defensa, no podían con la línea de cinco formada por los eibarreses.

Menos mal que Marco Asensio, en plena modorra de su equipo, hizo dos jugadas que acabaron en gol. El primero -minuto diecisiete-, un centro suyo lo envió Paulo Oliveira a su red; y el segundo diez minutos más tarde, lo logró con un disparo que cogió a Dmitrovic -guardameta del equipo armero- pensando en las musarañas. La actuación de Marco Asensio fue lo más destacado de un primer tiempo en el cual Isco marró una gran ocasión de gol, precisamente tras un gran pase del futbolista balear.

En el descanso del partido, me llama un amigo, exjugador él, para decirme que era lamentable que Cristiano Ronaldo no hubiera recibido ni un pase al espacio libre. Máxime teniendo el Eibar tres centrales que daban pruebas evidentes de no estar en las mejores condiciones. Y tuve que decirle que el problema del Madrid es que ha cambiado su forma de jugar desde hace ya tiempo. Ahora lo hace con una lentitud pasmosa. Lo cual impide que los contraataques se produzcan.

Una lentitud que fue nociva para el juego de Gareth Bale. Al margen de las lesiones. Y que también está socavando la confianza de CR en sus posibilidades. Quien recibe los balones al pie y cuando está rodeado de contrarios. Lo cual sucede porque las jugadas se elaboran con muchos toques y a ritmo de carreta. De ahí que en el Bernabéu los equipos salgan ya al césped sin el miedo escénico tan celebrado en su momento.

Antes, con un pase al espacio libre de Kroos o Modric, o incluso de James, el Madrid llegaba a la portería adversaria en un amén. Y sin apenas esfuerzos. Ahora todo se realiza mediantes pasecitos cortos, regates, controles para la galería y una serie de virguerías que los comentaristas y glosadores celebran por todo lo alto. Todo ello está creando problemas en el equipo. Y hay más: tengo la impresión de que los jugadores no reciben misiones concretas. Sino que salen a jugar como cada cual decida. Y si no es así, y ojalá no lo sea, lo parece. 

Dentro del desorden que hubo en el medio campo, zona vital, me gustó Ceballos. Aunque actuara a su libre albedrío. Varane fue el mejor de una defensa donde hasta Nacho se complicó la existencia en ocasiones. Benzema, Lucas y Marcelo -éste hizo el tercer gol- sustituyeron a Asensio, Isco y Ceballos, avanzada ya la segunda parte. 

Ah, Casemiro le hizo un penalti a Inui en el minuto 55.