El Madrid arrolla al Barcelona en la primera parte

Un Madrid magníficamente dirigido por Zidane arrolla al Barcelona en la primera parte. El dominio de la situación de los jugadores madridistas fue apabullante; debido a un planteamiento perfecto. El cual evidenció todas las carencias que tiene el equipo azulgrana. Que no son nuevas. Pero en esta ocasión han quedado expuestas en uno de los escenarios más grandes del fútbol. 

Es verdad que Valverde dio facilidades para que se produjera semejante vapuleo. Tiempo tuvo de rectificar para aminorar en parte ese aluvión de juego que se le vino encima a su equipo desde que Marco Asensio volvió a batir a Ter Stegen con su pierna de caoba: la izquierda. Que, si continúa funcionando así, puede seguir la estela de la de Puskas. Tampoco tiene que envidiarle nada a la de James.

Tras marcar Asensio, minuto tres, otro golazo marca balear, el Madrid se adueñó de la situación en el medio campo. Cubierto, en esta ocasión, por cinco futbolistas. De derecha a izquierda: Lucas Vázquez -recuperado para la causa-, Modric, Kroos, Kovacic y Asensio. Con Benzema avanzado y participando más que nunca. Debido a que sus compañeros lo buscaban con más celeridad.

Pero lo mejor de ese medio campo del Madrid era que todos cumplían con la misión concreta que cada uno había recibido. Kroos impedía que Busquets participara en el juego de su equipo- y además se erigía en canalizador del juego de los suyos cuando tenían el balón. Modric pasó por encima de Gomes mientras Lucas Vázquez se hacía tirabuzones con Alba y ponía a Umtiti al borde del disparate. Marco Asensio jugueteaba con  Sergi Roberto y ponía de los nervios a Mascherano. En tanto y cuanto Piqué miraba al cielo y a Busquets. Quien se mostraba incapaz de echarle una mano en su lucha con Benzema.

Y, por si fuera poco, Kovacic volvía a dar una lección inmejorable de cómo marcar a Messi sin necesidad de atropellarlo. El croata, tan maltratado por los periodistas de esta España nuestra, sobre todo los de Madrid, hizo otro partido colosal. Jugando de mediocentro defensivo y rompiendo líneas con el balón en los pies cuando lo aconsejaba la situación. Tampoco conviene echar en saco roto el buen marcaje de Marcelo a Rakitic y el buen hacer de Carvajal.

En el treintaiocho de juego marcó Benzema. Merecido gol que pudo haber sido el tercero de no haber estrellado Lucas Vázquez un disparo en el poste. Naufragaba el Barcelona y el Madrid comenzaba a gustarse mediante pases trenzados pero siempre buscando a Benzema con celeridad. Y, claro es, éste mejoró actuaciones pasadas.

En la defensa, Varane se bastó y se sobró, junto con Ramos, para anular a Luis Suárez y Navas estuvo acertado cuando lo pusieron a prueba. Lo cual ocurrió avanzada ya la segunda parte. Por mor del cansancio de los jugadores locales y por tanto por la pérdida de balones en zonas comprometidas. Llegaron los cambios y el Barcelona siguió con el oremus perdido. En el Madrid Casemiro relevó a un exhausto Kovacic y Zidane decidió también premiar a Theo y a Ceballos. Dejaron su sitio Asensio y Kroos.

Valverde no supo reaccionar en la primera parte. Erró al jugar con tres centrales. Por una razón muy sencilla: Busquets no defiende nada. Y su deambular por el césped no es el apropiado para quien debe ser escudo de su defensa. El entrenador del Barcelona tiene trabajo a destajo. Pero lo ha de afrontar sin miedo a que se le amotinen las estrellas.