Alguien me pregunta si yo conozco a Manolo Coronado. Y le digo que sé de quién me habla. Que es algo muy distinto a conocerlo. Por la sencilla razón de que nunca nos hemos tratado mucho. Miento: ni mucho ni poco; más bien lo justo. Por decir algo para salir del paso. La cara de mi interlocutor refleja la extrañeza que le ha producido mi respuesta. Pero yo cambio de tercio antes de que él decida ahondar en el asunto.
Cierto es que a mí la pregunta me sirve para acordarme de un acontecimiento celebrado en el Centro de Hijos de Ceuta el 5 de marzo de 1983, sábado por más señas. Todo empezó durante el aperitivo de mediodía en el Rincón del Muralla, cuando Eduardo Hernández Lobillo se ausentó de la tertulia antes de lo previsto, alegando lo siguiente: "Hoy es un día grande en el Centro de Hijos de Ceuta. Pues será homenajeada la bandera y los siete socios más antiguos". Entre ellos estaba su padre, don Epìfanio.
En la tertulia nocturna apareció Eduardo Hernández y le preguntamos cómo era posible que él no estuviera participando de la gran fiesta que aún continuaba en la sede social más influyente de Ceuta. Y contestó así: "Una sesión de patriotismo está muy bien. Pero dos son muchas...". Y a partir de ahí quisimos saber cosas relacionadas con ese gran acontecimiento.
Eduardo, que solía recrearse en sus narraciones, comenzó pronto a describirnos lo ocurrido desde las dos de la tarde hasta las cinco. Que fue cuando él se dio el piro del Centro para descansar un poco y presentarse en El Rincón en las mejores condiciones. "Principió el asunto enarbolando un socio la bandera rescatada en el mar por Manolo Coronado. Auténtico héroe para todos los allí reunidos. Por cierto, el autor de la hazaña no asistió al acto por hallarse enfermo su padre. Y, por tanto, no pudo ser lisonjeado en la medida que anhelaban todos los concurrentes al acto".
La bandera, siguió hablando mi recordado amigo Eduardo, arreglada por las Adoratrices, todavía tenía huellas de alquitrán. Lo cual no fue óbice para que Rafael Orozco se expresara de tal guisa: "Esta bandera debe ondear en la plaza de la Constitución por los siglos de los siglos". Lo dicho por Rafael entusiasmó a todos los asistentes. De pronto, un grito de ¡Viva España! enardeció aún más el ambiente. Y comenzaron los asistentes a abrazarse. Yo nunca recuerdo haber recibido tantos abrazos seguidos. Tampoco faltaron las palabras de Pepe Trujillo y de otros socios con más de 40 años de antigüedad.
¿Sigue la fiesta a estas horas? -se le preguntó a Eduardo.
-Sí. Ahora mismo, el alcalde debe estar haciendo entrega de una bandera local, regalada por la Corporación, por cumplirse el setenta aniversario del Centro de Hijos de Ceuta.
Eduardo Hernández, harto ya de contarnos cosas de semejante espectáculo, se dirigió a mí: "¿Qué jugadores alinearás mañana?".
-Domingo; Cherino, Bea, Dela, Prieto; Lolo, Cerezo, Niza; Castillo, López y Manolín.
Eduardo volvió a preguntarme: "¿Has leído lo escrito por Curro en su sección sobre ciertos jugadores?".
-No. ¿Qué dice el veterano periodista?
-Que él los ha visto dándole al escocés en un bar cercano al campo de fútbol.
-Si el escocés es de Zapico y Ríos, y no adulterado, dije yo, seguro que mañana jugarán bien.
Frase
Rescatar un símbolo en el mar cambió la vida del señor Coronado.
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