Hoy
concluirán las Fiestas Patronales de Ceuta, y a partir de ese momento, una especie de calma chicha se apoderará de la actividad política. Se hará presente
una quietud tan extraña como falsa; pues septiembre está a la vuelta de la
esquina y con su llegada se volverán a producir las convulsiones
correspondientes.
Ni que
decir tiene que los periodistas las pasarán moradas para cumplir la tarea asignada
con el fin de hacer un periódico atractivo. Puede que el levante haga acto de
presencia e incluso las nieblas nos quiten la visibilidad de las aguas en las
que solemos bañarnos. En rigor, en apenas unos días el escenario de
esta Ciudad será total y absolutamente distinto. Y no cabe más remedio que
adaptarse a tales circunstancias.
Tati Toledo me pregunta si dejaré de escribir durante lo que
queda del mes de agosto. Temiendo que no opine sobre nuestro equipo: el Madrid.
Y le contesto que no. Que el escribir es primordial para mí. Porque me hace
vivir entusiasmado. El entusiasmo, amigo Tati, ayuda a saber, y además
contribuye a profundizar en lo que se sabe. Y, por si fuera poco, ayuda a que
se sepa mejor. A que haya música al contarlo.
Un
miembro de la tertulia playera, que se ha convertido en lector empedernido a
raíz de jubilarse y cuyo nombre omito porque aún no le he pedido permiso para
poder nominarlo, quiere saber si sólo escribiré de fútbol. Y le contesto que
siempre habrá jueces de los que hablar y de personas que, desgraciadamente, se van a un lugar
del cual nunca se vuelve.
A
propósito de los jueces, me vais a permitir que os diga lo siguiente: “Los
jueces son humanos. Y como todos tienen sus resentimientos y sus vanidades, sus
pasiones y sus odios. Nada me daría más miedo que un juez perfecto. A veces,
los jueces creen serlo y se producen choques frontales. La democracia la hacen
los humanos, son los dictaduras las que crean a los hombres perfectos”.
En
cuanto a la muerte, es verdad que la muerte estiliza. "Cuando una persona muere
se genera un espiral de silencio que niega lo malo y nada más que muestra su
buen perfil. Es la mejor manera que los humanos tenemos de negociar la terrible
sensación de injusticia que acompaña a la muerte. Pero a veces, cuando se trata
de una persona pública, con 60 años en escena, el rito de los halagos puede
llegar a ser grotesco. Y, a menudo, nos pone en evidencia a los celebrantes”.
La frase
Los españoles enterramos muy bien (Leguina).
La frase
Los españoles enterramos muy bien (Leguina).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.