Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 27 de julio de 2017

Isco, Marcelo y Carvajal juegan a su aire



A un intelectual del deporte rey que se escucha cuando habla con acento de Buenos Aires, a pesar de que lleva muchos años en España, le dio por decir un día que a Isco Alarcón le cabía todo el fútbol en la cabeza. Y su fábula le dio al jugador malagueño apariencia de ser más valioso de lo que es. Con el fin de engrandecerlo de glorias deportivas.

Los mitos tardan nada y menos en crearse y duran una eternidad en ser bajados del pedestal donde se mantienen gracias a quienes los protegen de todo mal por ser, dicen ellos, futbolistas propensos a extinguirse. Mirlos blancos.

Isco lleva varias temporadas en el Madrid y fue la pasada cuando tuvo tres actuaciones brillantes, actuando en una demarcación que es donde más rinde: como centrocampista ofensivo y situado a la altura del mediocentro rival. Ahí rayó a gran altura en el Estadio del Manzanares, en el de Riazor y también en El Molinón. Y pare usted de contar. 

El jugador nacido en Arroyo de la Miel está menos capacitado para asumir otras misiones concretas que no sean las reseñadas en el párrafo anterior. Y, desde luego, nunca debería confiársele la dirección del juego del Madrid: equipo que se distingue por buscar la portería contraria con celeridad preñada de precisión. Con el fin de aprovechar la velocidad de sus delanteros en los ataques sorpresivos.

Cuando Zidane le permite a Isco que juegue a su libre albedrío y fluyen los pasecitos cortos y horizontales, los regates innecesarios, los desplantes y adornos barrocos, y sobre todo ese deseo evidente de moverse por todas las zonas del campo para acaparar el balón, el Madrid pierde su identidad y sus compañeros se empequeñecen.

Quienes más padecen semejante despropósito son los delanteros. Los cuales, ya de por sí rodeados de adversarios, cuando reciben el balón con tanta demora las pasan canutas para salir airosos del lance. Cierto es que a estas alturas el juego de Isco no va a cambiar. El problema es que su proceder está poniendo en entredicho la valía de la BB y de otros compañeros.

Calamitoso fue el rendimiento de Isco frente al Manchester United. Y qué decir del petardo que ha pegado ante el Manchester City. Un equipo que se limitó a atosigar a los jugadores madridistas y éstos no fueron capaces de pasar el medio campo con la rapidez exigida a ese hostigamiento. 

A la mala actuación de Isco conviene sumarle la de Marcelo. Sus habituales virguerías han servido para que por su banda fraguaran los ingleses la victoria y el principio de la goleada. Tampoco conviene echar en saco roto el que Carvajal siga empeñado en parecerse cada día más a Marcelo. Sobre todo en lo peor: en sus deficiencias defensivas.


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