En este hotel ya no se fía

Todos los martes, si el tiempo no lo impide, a mí me agrada sobremanera darme mi garbeo por el centro de la ciudad y casi siempre acabo refugiándome en la sala de estar del Hotel Ceuta Puerta de África. Concretamente, me acomodo en la barra de la cafetería para tomar el aperitivo, debido a que tienen buenos vinos y la cocinera hace unas croquetas que están para chuparse los dedos. Y dado que yo no necesito que nadie me acompañe en tal menester, muchas veces permanezco en el establecimiento mirando a las musarañas.

De tal estado de distracción, que tanto bien me hace un día a la semana, me sacó la llegada al establecimiento de la ministra de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, Dolors Monserrat, acompañada del séquito correspondiente. Y a cuyo frente iba, como no podía ser de otra manera, nuestro alcalde. A quien tuve la oportunidad de saludar y hasta me permití decirle algo respecto a su posible decisión de presentarse o no a las próximas elecciones.

Pero antes de seguir refiriéndome a lo que resuelva Juan Vivas en su día, me van a permitir que les informe de algo sumamente importante: a partir de ahora, quienes han venido comiendo y bebiendo de bóbilis bóbilis, esto es, de balde, ya pueden irse buscando otro sitio adecuado para dar el pufo. Porque en este hotel, es decir, en el Ceuta Puerta de África, para no pagar en el acto es obligado que alguien firme una factura con su nombre y apellidos legibles, el cargo que ostenta y qué organismo asume la deuda.

Semejante medida, tan oportuna como eficiente, no creo que le guste mucho a Fátima Hamed. Cuya insistente labor fiscalizadora -como es su obligación- hallaba en el Hotel Ceuta Puerta de África un filón de sablistas con el que sacar de sus casillas al consejero de Turismo en las sesiones plenarias. Desde este momento creo que la señora que preside el MDyC verá reducido ese campo de acción.

En lo tocante a nuestro alcalde y sus deseos de ir confiando en la persona elegida por él para que sea la cabeza visible del PP en las próximas elecciones, se me ocurre decir lo que sigue: prefiero que continúe Vivas. No vaya a ser que su venganza consista en promocionar a alguien del cual nos tengamos que lamentar sin solución de continuidad.

Mi opinión en este aspecto, que vale bien poco, es que llevamos tantos años conllevando a Vivas y todo lo que él representa en esta tierra, que,  es un suponer,  si decide darse el piro a la Costa del Sol, para descansar el resto de sus días, mucho me temo que podría -en cualquier momento- producirse una peregrinación a Málaga, como ya sucedió con el GIL, para devolverlo a su sitio.

Frase.

Si hay alguien a quien yo le deba dinero, estoy dispuesto a olvidarlo si ellos también lo están (Errol Flynn).