Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 18 de julio de 2017

Ángel María Villar se deslumbró en Ceuta




Es el título del artículo publicado por mí el 20 de junio de 2016 y creo que procede transcribirlo literalmente, debido a los hechos que hemos conocido hoy.

Pues sí, a pesar del temporal de levante que azotaba El Estrecho, Ángel María Villar no se arredró lo más mínimo y desembarcó en Ceuta para asistir a la toma de posesión de Antonio García Gaona como presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta. La presencia del presidente de la RFEF es siempre todo un acontecimiento en la Ciudad. Tanto o más que la visita de cualquier político con ínfulas. Lo cual evidencia que Villar ya forma parte de esa minoría de próceres a los que se les rinde pleitesía sin cortapisas.

El caso es que la forma de ser de Villar no es muy dada a expresar sus sentimientos. Pues en las anteriores estancias en Ceuta me pareció ver que todas sus intervenciones llevaban la impronta de la celeridad. Quizá porque sus muchos compromisos lo mantuvieran en una inquietud permanente, por si acaso perdía el barco o el helicóptero de entonces y llegaba tarde a otras citas revestidas de mayor importancia.

En esta ocasión, sin embargo, le dio tiempo incluso a quedarse asombrado, estupefacto, pasmado, alelado… ante el edificio que albergará la sede de la Federación de Fútbol de esta tierra. Y yo le he preguntado a alguien que estuvo en el sitio, y no se perdió detalle alguno, cómo son esas instalaciones para que hayan maravillado a un hombre que ha podido permitirse el lujo de ver obras faraónicas por todo el mundo.

Y mi interlocutor me respondió  que él carecía de las palabras precisas para describirme la obra. Pero, a pesar de ese impedimento, no dudó en decirme que en la construcción del edificio no se había escatimado dinero, y que en él impera el lujo, el buen gusto y muchas cosas más que se le escapan. Y acabó así su exposición: “Por consiguiente, Manolo, no me sorprendió que Villar, por muy sobrio que sea, se quedara extasiado ante lo que estaba viendo.

O sea, amigo, que el deslumbre que le produjo al señor Villar el edificio que acogerá la sede de la FFCE causó entre las autoridades locales, como no podía ser de otra manera, una satisfacción inenarrable. Vamos, de esas que obligan a ser saboreadas años y años y años y con derecho a contársela a nietos y amigos hasta el fin de los días. ¿O no?

-¡Por supuesto! Mira, Manolo, la cara de Antonio García Gaona –presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta-, por ejemplo, reflejaba una felicidad indescriptible.

-Defínemela, por favor; tú que eres tan dado a recordar frases hechas a la medida del mejor estado de ánimo.

-Me pones en un aprieto, Manolo; pero bueno…, a ver. Era como si Antonio García Gaona, en los años maduros de la vida, hubiera visto realizarse los ideales soñados de su juventud y estaba, créeme, casi despendolado de emoción y agradecimiento.

Pues un abrazo a Antonio García Gaona a quien muchas veces le he zurrado la badana y siempre demostró saber maneras.


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