Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 20 de junio de 2017

Un madridista


Hace pocos días ha muerto Manuel Muñoz del Moral. Después de haber estado varios años luchando a brazo partido contra una enfermedad que no le concedía tregua alguna. Manolo fue empleado de Urbaser.  Vivía en Avenida Ejército Español. Hombre serio, recio y poco dispuesto a claudicar ante las injusticias, era muy popular en el barrio por ser un madridista fetén.

Estaba tan identificado con el equipo merengue que sus amigos azulgrana, que eran bastantes, solían tirarle de la lengua cuando la ocasión lo requería. Con Manolo, además, se podía conversar de cualquier cuestión candente. Debido a que le sacaba el mayor provecho a sus muchas lecturas. No en vano era un lector empedernido.

Manolo no gustaba de los circunloquios. Él decía que lo más conveniente era abordar el meollo de la cuestión en asuntos discutibles. Y lo decía con su voz poderosa y que fue perdiendo vigor a medida que las operaciones y los padecimientos fueron deteriorándolo. Solía sentarse diariamente, salvo cuando no estaba ingresado en el hospital, en un poyete frente a mi vivienda.

En ocasiones, en vista de que mi salita de trabajo tiene un cierro que da a ese sitio, yo me asomaba para ver su estado sin que él pudiera divisarme. Y recordaba, inmediatamente, los días en los que Manolo se recorría Ceuta y terminaba bañándose en las aguas de El Chorrillo. Ni que decir tiene que en cuanto nos cruzábamos lo primero que hacíamos es hablar de nuestro Madrid. Eso sí, nunca me reconoció ningún fallo de Iker Casillas. Si bien tampoco discutió conmigo al respecto.

Últimamente, por mor de su ya deteriorada condición física, cuando pasaba por delante de él, yo me limitaba a saludarlo con la mano en alto para no causarle el menor trastorno. Puesto que  su estado no aconsejaba, al menos yo así lo creía, ocasionarle molestia alguna.  Ahora bien, tentado estuve, tras haber ganado el Madrid la Duodécima, de acercarme a él para darle el abrazo de la victoria de los nuestros. Ahora lamento no haber dado ese paso.

No obstante, su hermana, que tanto lo viene llorando, me ha dicho que Manolo dijo poco antes de lo suyo… que ya podía pasar por ese trance con la tranquilidad que le proporcionaba haber visto ganar a su equipo la duodécima Copa de Europa. He aquí las palabras de quien nunca dejó de ser un madridista de verdad y una persona íntegra. Descansa en paz, amigo.





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