Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 12 de junio de 2017

Ruda y hermosa ingenuidad



Cada vez que los vecinos de cualquier barrio de la Ciudad levantan su voz para pedir que las autoridades solucionen sus problemas, no sé por qué siempre  se me viene a la memoria el nombre de José García Joselito. Quien fue presidente de la Asociación de Vecinos de la barriada de Juan Carlos I.

A Joselito le conocí yo a principios de los años ochenta. Cuando todo lo referente al movimiento vecinal estaba en sus balbuceos. Joselito era todo un personaje. Y dado los problemas por los que viene atravesando Ceuta, últimamente, he creído conveniente transcribir literalmente lo que dije de él a finales de mayo de 1909.

Joselito chamullaba de su barrio de manera tan primaria como convencido de que estaba en posesión de la verdad de lo que defendía. De sus escasos conocimientos, según decían, se chufleaban los de siempre. Los que se consideraban más preparados del lugar. Y a mí, que lo conocí un día por casualidad, me cayó la mar de bien y no dudé en celebrarlo cada vez que me daba la gana o venía al caso.

Un día nos desayunamos con unas declaraciones de Joselito en las que decía que estaba dispuesto a presentarse a candidato como parlamentario. Para poder hablar con todos los ministros sobre las necesidades de Ceuta. Y hacía la siguiente aclaración: “Para defender a Ceuta no creo que haya que ser catedrático de nada".

Era, indudablemente, su alegato contra quienes no dudaban en tomárselo a chacota. Y finalizaba su discurso de la siguiente manera: “Si fuera senador o diputado, y no me hicieran caso en Madrid, se lo comunicaría al pueblo y me pondría al frente de una manifestación pidiendo mi dimisión. Lo que a mí me sobra es el sueldo de parlamentario”

Ruda y hermosa ingenuidad de Joselito. Que aún existía en los albores de aquella década de los ochenta. No obstante, esas manifestaciones del entonces presidente de la Asociación de Vecinos de Juan Carlos I propiciaban que fuera tachado de agitador de clases bajas, por parte de destacados políticos de esta  Ciudad. Entendiendo como clases bajas a quienes vivían en los barrios.

He querido recordar a Joselito, como ustedes comprenderán, porque sería más que recomendable que las autoridades de Ceuta les dijeran a los ministros que deben dar el do de pecho para solucionar los problemas de esta tierra, que quieren hechos y no buenas palabras. Y cuanto antes mejor. De no ser así, se verán obligados a hacer realidad la ruda y hermosa ingenuidad de Joselito.




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