Parece
ser que el delegado del Gobierno ha pedido perdón por decir en su día que no
era caótica la situación en la frontera. Reconocer su error lo dignifica. Pero
a continuación nos dice que el problema fronterizo carece de solución a corto plazo. Y
apela a la colaboración de Marruecos, como parte fundamental, para que el
comercio atípico pueda ejercerse sin problemas. Las declaraciones de Nicolás Fernández Cucurull han quebrado
el optimismo que reinaba entre los empresarios. Quienes esperaban mejores
noticias. Me consta que las que se han producido han generado nervios a
raudales y sobre todo han propiciado ideas destinadas a despedir a empleados.
Ceuta está viviendo una crisis comercial que puede terminar como el rosario de
la aurora. ¡Que Dios nos coja
confesados!
Irene Montero
Anteayer
escribí de su actuación en el Congreso de los Diputados. Y no tuve el menor
empacho en calificarla de mujer inteligente y con posibilidades de hacerse
notar en la política. Pero también dije de la portavoz de Podemos que
discursear más de dos horas sólo se lo pueden permitir las personas que han nacido con el don de la
oratoria. Ese saber hablar. Ese saber decir las cosas más banales de manera
interesante, y las cosas aburridas, de manera agradable. Con el único fin de
seducir a los espectadores. La señora M
apuntó cualidades, que muchos hemos reconocido. Pero falló lamentablemente por
la exageración y afectación en la manera de expresarse. Su gran dosis de histrionismo y su abuso del
tiempo perorando y causando sopor, entre propios y extraños, le han rebajado una
calificación que pudo ser muy buena.
Pepe Torrado
Siempre
he dicho, y lo sigo manteniendo, que el Presidente
de la Autoridad Portuaria podrá tener todos los defectos de humano que le achacan. Pero sigo pensando que es justo
reconocerle que entre sus virtudes destaca sobremanera la buena educación. Y,
cómo no, algún día habrá que reconocerle también sus méritos por permanecer tantos años
presidiendo la Autoridad Portuaria. Mis relaciones con PT son buenas desde hace ya un montón de años. Las cuales no han
sido obstáculos para que, en algún momento, hayamos disentido. Hoy, tras muchos días sin haber tenido la
oportunidad de conversar con él, le he vuelto a decir que sus enemigos siguen
aumentando sin cesar. Y Pepe Torrado,
echando mano de su más que conocida cachaza, ha vuelto a responderme lo mismo
de siempre: “¡Ojalá que todos mis enemigos sean inteligentes!”.
La
independencia de Cataluña
Tomando
el aperitivo en el Hotel Puerta de África, donde se sirven muy buenos vinos, se
me acerca un conocido con quien hacía ya mucho tiempo que no cruzaba palabra
alguna. Lo primero que hago es invitarle a compartir un Rioja, acompañado de
unas buenas croquetas, especialidad de la casa. Y a partir de ahí charlamos de
fútbol, de política y, cómo no, del independentista Guardiola. Mi conocido opina al respecto. Y yo, como no podía ser
de otra manera, le escucho atentamente. Cuando me toca hablar, a mí se me
ocurre recitarle de memoria lo que ya aprendí hace muchos años. "El
independentismo es una industria; hay quien juega por la independencia; hay
quien coquetea con ella y hay quien está en su contra; es una industria de la
que, y contra la que, vive mucha gente; genera empleos y subvenciones, y llena
de significado muchas vidas. Es una industria sólida cuya existencia depende, paradójicamente,
de no alcanzar su objetivo. Porque ¿qué pasaría con toda esta industria si se
lograra la independencia?"
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