La frontera tiene prioridad

Josep Melià Pericàs era abogado, político, escritor y periodista mallorquín. En 1976 fundó el Partido Nacionalista de Mallorca (PNS) y poco después se incorporó a UCD. Durante el Gobierno de Adolfo Suárez ocupó diversos cargos. Me lo presentaron en mayo de ese año y debo decir que me causó la mejor de las impresiones. Era un tipo brillante y con suficiente personalidad para hacer recomendaciones.

Mire usted, De la Torre -me dijo en la sala de estar del Hotel Niza, en el paseo Marítimo de Palma-, estamos viviendo momentos difíciles, y yo le pediría que siga usted prestándose a hacer declaraciones en los medios. Continúe  hablando de fútbol con esa forma suya de hacerlo que tanto agrada a nuestro querido don Satur Grech. A ver si es posible que la gente se olvide de hablar de política desde que amanece hasta que anochece.

Mi respuesta no se hizo esperar: lo que usted me pide es que yo sea cada día el centro de todas las críticas como denunciante de las adversas circunstancias económicas y de organización que azotan a un 'mallorqueta' que es más que un club para los nacidos en esta tierra.  Pues bien, yo no tengo el menor inconveniente en seguir esa línea. Aunque bien pronto verá usted cómo hay periodistas que no dudarán en decir que me pirro por un micrófono. Y así fue.

-De la torre, y a qué viene ahora lo de contarnos una anécdota ocurrida en los tiempos de Maricastaña.

Se lo explico: llevo varios días que no cesan de pararme conocidos y menos conocidos para decirme que estoy escribiendo muy poco de fútbol, precisamente cuando estamos en las vísperas de una apasionante final de Champions en Cardiff. Y, por si fuera poco, rematan la faena con la siguiente revolera: “Estamos del problema de la frontera hasta los mismísimos adminículos”.

Mi contestación, a cada uno de los que me han dado sus quejas, ha sido así:  a mí, en estos momentos, me importa un bledo y parte del otro todo cuanto suceda en las vísperas de ese Madrid-Juventus. A mí, como habitante de una Ceuta en la cual decidí quedarme a vivirla porque me dio la real gana -hace la friolera de 35 años-, lo que me pide el cuerpo es hacerles ver a los gobernantes de esta "andaluza niñería", que hasta que no solucionen tan grave situación, yo procuraré recordarles, casi sin solución de continuidad y mediante mis modestas posibilidades, que están obligados a resolverla cuanto antes. Y no hay más...

Frase

Una semana es un largo período en política (Harold Wilson) Probablemente en la crisis de 1964 sobre la libra esterlina.